25 años de Bocanada de Gustavo Cerati

CIRCO SÓNICO

El 28 de junio se cumplieron dos décadas y media de uno de los discos fundamentales en la historia del rock latino; en el 2022 la revista norteamericana La Banda Elástica reunió a un equipo internacional de periodistas para revisar lo mejor de los últimos 30 años y teniendo como centro el recuento llamado 100 +30 álbumes esenciales de la Música Latina Alternativa; tuve la suerte de redactar el texto del disco que ocupa el segundo lugar y que precisamente es al que ahora celebramos. Aquí les comparto una parte de lo escrito para aquel monumental proyecto (que aún se vende en línea).

“Hoy te busqué/ en la rima que duerme/ Con todas las palabras” es la frase que abre “Puente”, una de las canciones más hermosas que se han escrito en el imaginario del rock hispanoamericano; esa canción es la cuarta de un disco que muchos creían el primero como solista de Gustavo Cerati, cuando ese sitio corresponde a Amor Amarillo (1993).

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Esa canción posee más adelante un juego de palabras que encierra gran belleza y simbolismo: “Cruza el amor/ por el puente/ Usa el amor/ como un puente”, que le ayudó a convertirse en uno de los temas en los que estableció mayor complicidad con sus seguidores. También incluye ese “Y gracias por venir” con el que dejaba atrás el ciclo con Soda Stereo y abría un nuevo capítulo tras sentirse lastrado por convertirse en “Mr. Gracias Totales”; por su despedida con el grupo en el Estadio Monumental de River Plate.

Precisamente “Puente” conecta con su pasado y resulta ser una de las contadas piezas de rock, cuando Bocanada es un disco basado en la música electrónica y con la influencia del trip-hop y bandas como Portishead y Massive Attack, además de una notoria veta cinematográfica, como arreglos orquestales, que se lograron durante la mezcla en los legendario estudios Abbey Road de Londres.

Este álbum fue grabado en Casa Submarina, el estudio de Gustavo, y refleja la cercanía que tenía con el músico Leo García, uno de sus mejores amigos, y Flavio Etcheto, a quien se debe el crucial trabajo con los samplers, una parte fundamental de la obra y que incluye segmentos de Saint Etienne, Focus y Electric Light Orchestra, entre otros. El grupo de trabajo se completó con Fernando Nalé (bajo) y Martín Carrizo (batería).

Por una parte, Bocanada es el primer álbum fuera del influjo de Soda y por ello plasma un momento de entera libertad creativa y la posibilidad de ir sin problema de la electrónica downtempo a procesar elementos de la música popular latinoamericana, lo que queda expuesto desde el comienzo con “Tabú, que abre el disco con un tamboreo procesado digitalmente, surgido de un proceso de creación en el que no se ha dado el reconocimiento debido a Eduardo Bergallo al respecto de la grabación y aspectos de producción.

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Es preciso también considerar la importancia de la parte emocional del compositor durante la creación de este trabajo; se trata del disco que evidencia la ruptura con la chilena Cecilia Amenábar, expuesta en “Engaña” (“Frente al ventanal/ nos pusimos a jugar/ A decirnos la verdad/ que más engaña saber” y en el tema titular (“Cuando no hay más que decirnos/ se abren espacios vacíos/ que dos no pueden respirar”).

Avanzar controlando todos los elementos le permitió a Gustavo no tener cortapisas y explorar a fondo el método de trabajo; se trata del disco que trajo consigo el avance de la tecnología y la cultura del sampler; es así como pudo saciar ese interés por el folk andino y partió del tema “Deal aire al aire”, original de los chilenos Los Jaivas, para hacer “Raíz”, que de alguna manera Cerati consideraba la evolución lógica de “Cuando pase el temblor”… se trata de la obra que contribuyó artísticamente para consolidar su leyenda continental.

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