El Faro
Por estos días sucede el equinoccio de primavera, fenómeno astronómico que también marca el inicio de un nuevo ciclo que tiene muchos significados, pero destaca el hecho de que para muchas culturas implica un periodo de renovación y fertilidad.
Con la llegada de la primavera también aumentan las temperaturas y empieza la temporada de incendios. En Hidalgo, pese a que no estamos en medio de una sequía grave como el año pasado (apenas cuatro municipios están anormalmente secos), existen condiciones que favorecen la presencia de incendios en el territorio estatal.
Para empezar, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) anticipan entre cuatro y cinco olas de calor para 2025, factor que junto con las sequías favorecen el riesgo de conflagraciones.
Lo grave es que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de Hidalgo (Semarnath) ya registró 10 incendios tan solo del 14 al 15 de marzo, uno de ellos el que se suscitó en el parque nacional Los Mármoles, ubicado en Zimapán y Pacula y que, aunque ya está controlado, dañó una superficie de 166.91 hectáreas.
El problema no solo son las olas de calor y la sequía. El maestro en ciencias en energía y medio ambiente, Rodrigo Salinas Cerda, explicó en entrevista con este diario que la construcción del tramo carretero que vendrá a inaugurar este domingo la presidenta Claudia Sheinbaum implica un daño al bosque de la comarca minera cuyos efectos aún no se pueden predecir.
El experto advirtió que la tala de un número indeterminado de árboles para la magna obra no se compensará con la plantación de nuevos ejemplares, lo que traerá cambios en el microclima de la región. Salinas explicó que la zona boscosa afectada capta y abastece agua a escala local y a una gran región cuenca abajo; además de que retiene humedad y enfría gracias a su microclima nuboso.
Es decir, la zona boscosa que rodea a la capital del estado probablemente dejará de cumplir su función como proveedor de humedad y regulador de la temperatura, lo que anticipa que en la capital del estado viviremos días secos y muy calurosos, condiciones que favorecerán los incendios.
La situación se agrava si tenemos en cuenta que los bosques de la entidad son azotados desde hace algunos años por la plaga del gusano descortezador, que lejos de disminuir, ha expandido sus dominios.
Según el diputado local, Avelino Tovar, la plaga del gusano descortezador ha invadido cerca de mil 204 hectáreas de áreas boscosas en Hidalgo, que sobre todo han afectado al Parque Nacional El Chico, otro de los pulmones cercanos a la capital del estado.
La plaga no es un amenaza, es un problema que tiene ya consecuencias graves. Para muestra está el hecho de que se tienen que retirar 34 mil 959 metros cúbicos de arbolado, lo cual ya prendió las alarmas por la rápida propagación del insecto,que también afecta bosques de Huasca, Tulancingo y Acaxochitlán.
En materia de medio ambiente Hidalgo enfrenta una crisis de la que poco se habla, pero cuyos efectos padecemos todos los días. Más allá de los viejos lugares comunes, respecto a que el tiempo se acaba y de que todavía estamos a tiempo de salvar nuestro entorno, parece que el futuro nos alcanzó y a estas alturas solo nos queda ver la manera de adaptarnos para sobrevivir a estas nuevas y adversas condiciones ambientales.