Comienzo esta columna, con una triste noticia ayer murió Doña Rosario Ibarra, activista que ha inspirado y acompañado muchas luchas, no solo la de su causa, sino por la democracia, la lucha sindical, los derechos humanos, la igualdad y un largo etcétera!
Con la historia de los estudiantes de Ayotzinapa, no hemos dejado de gritar por las calles ¡Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos! Pero esta frase (que no quisiéramos repetir por lo que conlleva) tiene una historia de activismo que no debemos olvidar, la de Rosario Ibarra quien fue la primera candidata mujer a la presidencia de México por el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) esta postulación que además fue apoyada por un Comité de Lesbianas y Homosexuales el CLARHI, pero esta postulación tiene una historia por la que ninguna madre debería de pasar la desaparición de un hijo o hija, en el caso de Rosario Ibarra fue su hijo Jesús acusado de participar en la “Liga Comunista 23 de septiembre” una organización política clandestina a las que el gobierno le atribuyó acciones armadas y por eso se lo llevó la policía judicial, a partir de la búsqueda de su hijo Doña Rosario Ibarra organizó en 1977 junto con muchas otras mujeres el Comité Eureka que se dedicó a buscar a personas desaparecidas en los sexenios de Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría. Fue su activismo que la llevó a organizar una huelga de hambre frente a la Catedral Metropolitana, con lo cual se logró que se decretara la Ley de Amnistía y que a partir de esta ley se liberaron a 1500 presos políticos, se cancelaron órdenes de aprensión y se encontraron 148 personas desaparecidas con vida. Estos terribles actos que se dieron en nuestro país, se dieron en muchos otros países de Latinoamérica como Argentina y Uruguay por eso es considerado un crimen de lesa humanidad, con la lucha sobre todo de las madres es que se ha llevado a cortes internacionales estos casos.
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La desaparición forzada de acuerdo a la Convención Internacional para la protección de Todas las personas contra las Desapariciones Forzadas es “el arresto, la detención, el secuestro o cualquier otra forma de privación de libertad que sean obra de agentes del Estado o por personas o grupos de personas que actúan con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado, seguida de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o del ocultamiento de la suerte o el paradero de la persona desaparecida, sustrayéndola a la protección de la ley». Ya Roberto González en Historia de la desaparición, la desaparición tiene como propósito “esfumar a los individuos peligrosos, desaparecer a los adversarios, negarles estatuto político”, es decir, negar su existencia y con ello también todas las implicaciones que tiene para los familiares, recordarnos que hubo también mujeres desaparecidas en ese mismo periodo denominado como “guerra sucia” como Alicia de los Ríos, Violeta Tecla Parra, entre muchas otras.
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Este próximo 18 de abril, Jesús Ibarra, cumple 47 años desaparecido por el gobierno priista para entregárselo a los militares y Doña Rosario Ibarra murió sin saber de su paradero y yo aún recuerdo caminar de la mano de mi papá repartiendo volantes para su primera candidatura a la Presidencia y nunca imaginé que un día le pude contar esa historia a ella misma, pero todo lo que pueda escribir o decir es insuficiente, ante la fortaleza de Rosario Ibarra para luchar, buscar, apoyar, dar a toda una generación, palabras para seguir exigiendo gritando por las calles ¡Porque vivas y vivos se los llevaron, vivas y vivos los queremos, presentación con vida y castigo a los culpables! Ojalá que un día se logre saber la verdad y el paradero de Jesús, tu hijo.
