TAUROMAQUIA
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Garlito
Espectáculo, deporte, fiesta, gran negocio, actividad que nos remonta a los orígenes de la civilización, incluso al principio de las grandes creencias humanas y cimientos de varias religiones que en el paganismo tuvieron su inicio, muestra del grado de avance de las sociedades primeras y sus organizaciones sociales; ritos y mitos, en derredor de esta cultura desde siempre, hay una gran discusión sobre su legitimidad, sobre el abuso humano cometido a una bestia, sin embargo, el sacrificio de sus vidas hasta antes, no tenía posibilidades de perdurar, la vida de los toros era efímera, con la Tauromaquia, se logró inmortalizar instantes en que animal y humano juntos crean arte.
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La carga cultural que tiene la Tauromaquia, nos remonta a las antiguas civilizaciones, desde los celtas, griegos, cartagineses, romanos a la actualidad y su razón es porque al hermoso animal llamado Toro, siempre se le ha dado el don del poder, virilidad y fecundidad, su sangre considerada sagrada, se vertía en los campos, ofrecía a distintas deidades cuyo cometido era la prosperidad, la procreación y el equilibrio justo entre dioses y humanos, ofrenda que en ceremonias religiosas era tan importante que permaneció por siglos; la hecatombe en la antigua Grecia, era sacrificar cien bueyes para ofrecerlos a Apolo, Atenea y Hera, resultado del engaño que hizo Prometeo a Zeus, al darle un buey solo con huesos y piel, en tanto la carne y viseras las comparte a los humanos, ahí se obliga al humano a sacrificar toros para calmar la cólera del dios supremo.
Para el año 618, ya hay registro de corridas de toros en la península ibérica, resultado del dominio del Califato de Omeya, la corrida de toros, era una actividad que se desarrollaba en la crianza del ganado, consistía en poner a un mozo quien corría al frente de los toros para que lo siguieran y pudieran encontrar al lidiador, que para aquel entonces en vez de una capa o muleta, usaba una garrocha para saltar y poder burlar a los animales, la taurocatapsia, es la primera suerte reconocida en la Tauromaquia, cuya origen data del siglo V a.C. y para el año 1215, ya se acostumbraba corrida de toros nupcial, fiesta que consistía en llevar un toro desde la casa del novio a la de la novia, atrayéndolo con una capa o engaño, en el siglo XII, surgen los caballeros alanceadores, que a caballo con una lanza provocaban la furia de la bestia, origen de los rejoneadores y así el sacrificio de bueyes se convierte en principio de importantes fiestas y los animales no son ya ganado común, es especial pues sirve para las ceremonias y diversión del pueblo; la aristocracia como siempre se apropia del espectáculo por otros siglos más, pese a que su esencia, es la actividad de los trabajadores más humildes del reino.
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INDULTO
No solo basta realizar faenas en torno al toro bravo, burlar su fuerza por medio de agilidad y destreza, mostrar el valor ante un animal que siempre herido, desarrolla lo aprendido desde becerro, el toro de lidia no es un toro normal, nace, crece y muere con un solo objetivo, alcanzar el engaño, su nobleza lo lleva a esa persecución infructuosa, pese a su trapío, fuerza, poder y tamaño, el animal humilla su testuz en búsqueda del engaño y totalmente dominado, la mano del torero hace que dibuje en el aire figuras y movimientos, cornee el vacío y en estética relación hombre y toro, construyen imágenes nunca repetibles, el mismo torero nunca jamás será el mismo con otro, el toro es único e irrepetible; lo más importante de la Fiesta Brava es el toro hay quienes suponen que el momento supremo es cuando uno de los dos contrincantes muere, pero no, el verdadero triunfo es cuando ambos regresan vivos.
En una respetable posición de protectores de animales, de conservadores de la naturaleza, del respeto a todos los seres y de la vida misma, oponerse a la Fiesta Brava, es más una postura política que de verdadero respeto a los animales, quienes se informen sobre la Tauromaquia, descubrirán que eliminar esta tradición origen del inicio de la civilización, es un atentado contra la cultura universal y un afán de desaparecer los verdaderos vestigios y sus razones; en el arte plástico, musical, fotográfico, literario, poético, cinematográfico, los toros están presentes y México es uno de los pocos países donde se aprecia esta fiesta que siendo espectáculo es cultura popular que no debe morir; crueldad está en perros abandonados en las azoteas o patios, los zoológicos o acuarios, pelea de gallos o los mismos pajarillos encarcelados en jaulas de la abuela, exterminio de conejos, lagartijas, zorrillos, osos polares y cientos de habitantes con más derechos en el planeta que el ser humano.
