Sobre la reforma eléctrica
No hay cosas gratis
En octubre de 2018 se decidió cancelar el proyecto de infraestructura más importante de México en años: el aeropuerto de Texcoco. Muchos economistas en ese tiempo advertían que hacer eso era una mala idea, no sólo porque no había lógica económica en la decisión sino porque además eso iba a ser un golpe a la confianza del país, el resultado lo conocemos muy bien hoy, después de eso la inversión en México se fue en picada y eso nos costó alrededor de dos puntos del PIB. Pues bien, parece que la iniciativa de contrarreforma energética que se acaba de mandar al Congreso puede ser un golpe todavía peor para la economía mexicana.
La parte preocupante de la iniciativa se encuentra en el tema de la electricidad, la iniciativa prácticamente le regresa el control del mercado eléctrico a la CFE, desaparece reguladores y hace a un lado a los productores privados. Esto tiene fuertes implicaciones tanto para la producción de electricidad como para la economía del país.
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Tres cosas debería buscar un cambio a las reglas del juego en el mercado eléctrico, que ese cambio genere la cantidad de electricidad que el país necesita, que la electricidad se venda al mejor precio posible y que la generación de electricidad sea lo más limpia posible. Esto es un asunto técnico, no ideológico, si esos cambios no logran en conjunto lo antes expuesto, la iniciativa es mala. El problema es que la mayoría de los expertos en el tema concluyen que no es mala, que es pésima, que esta iniciativa nos puede dejar sin electricidad suficiente, que a los consumidores nos puede costar más y que además su producción puede ser más sucia.
Que México no vaya a poder producir la electricidad que necesite en el futuro tiene implicaciones económicas importantes, las empresas necesitan electricidad suficiente y constante para producir, el no poder garantizar la producción suficiente y constante nos haría menos competitivos, así menos empresas se querrían instalar en el país, al final, el país crecería menos. Además, al no dejar que el privado conserve sus inversiones o invierta más en el sector sería otro golpe a la confianza de los inversionistas con las consecuencias que ya conocemos, México necesita más inversión, no menos.
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El privilegiar a la CFE puede hacer que el precio de la electricidad se eleve. La luz que hoy llega a nuestros hogares y empresas tiene costos diferentes para la CFE y esto tiene impacto en nuestros recibos. La CFE es una empresa ineficiente, el costo de producir un MWh en una planta de Ciclo Combinado de la CFE es de $1,542 pesos mientras que un privado en una planta de la misma tecnología produce ese MWh en $849 pesos. Pero si comparamos ese precio con lo que le cuesta a un privado producir ese MWh en un parque eólico la cosa se pone peor, en el parque eólico el costo es de $358 pesos, no sólo sale más barata sino que además su producción es más ecológica. Si la CFE decide aumentar su producción sus costos se van a elevar y aquí hay de dos sopas, o mantienen el precio bajo aumentando el subsidio o nos aumentan el precio de la electricidad, de cualquier manera terminaríamos pagando más, no hay cosas gratis.
El problema ecológico no es un asunto menor, le debemos producción de electricidad más limpia a las siguientes generaciones, la forma en que produce la CFE la mayoría de su electricidad es muy contaminante, sin tiempo y sin dinero para invertir, lo que provocaría al aumentar su producción, sería más contaminación.
Nuestros diputados tendrán uno de los votos más importantes de su legislatura, ojalá que recuerden que su verdadero compromiso es con sus votantes, el voto debería de ser en contra.