/https://wp.lajornada-hidalgo.prod.andes.news/wp-content/uploads/2022/01/DANIEL-FRAGOSO-web.jpg)
En la mitología griega, Sísifo, fundador y rey de Corinto, fue castigado por los dioses por su astucia y por desafiar a la muerte en dos ocasiones. Su castigo eterno en el Hades consistía en empujar una enorme roca hasta la cima de una montaña, solo para verla rodar cuesta abajo una y otra vez, repitiendo esta tarea sin fin ni propósito.
Camus reinterpreta este castigo como una alegoría de la condición humana. Para él, la tragedia no reside en la inutilidad de la tarea, sino en la conciencia de Sísifo sobre su destino. El momento crucial es su regreso al pie de la montaña: en ese instante de pausa y lucidez, Sísifo es dueño de su destino, superior a su roca. La clave del “héroe absurdo” es la aceptación consciente de su realidad y la rebelión constante contra ella, negando a los dioses y encontrando la felicidad en el esfuerzo mismo. “Hay que imaginarse a Sísifo dichoso”, concluye Camus, porque la lucha en sí misma es suficiente para llenar el corazón humano.
Puedes leer: Adaptabilidad
La filosofía del absurdo y la figura de Sísifo influyeron en la literatura mexicana del siglo XX, especialmente en la poesía que se apartó de temas más tradicionales para abordar cuestiones existenciales. La posguerra y los cambios sociales y políticos en México crearon un caldo de cultivo para la introspección y el cuestionamiento del sentido de la vida.
Aunque pocos poetas mexicanos han aludido directamente a Sísifo por su nombre en poemas específicos, la idea central del absurdo, la soledad radical y el esfuerzo inútil, pero digno, se filtró en la obra de autores clave para entender la poética del siglo pasado como Octavio Paz, Jaime Sabines y José Emilio Pacheco.
Octavio Paz y otros poetas del siglo XX exploraron la soledad como una condición inherente al ser mexicano y al ser humano en general. La búsqueda constante de la comunión o la trascendencia, que a menudo termina en fracaso, se asemeja al esfuerzo sisífico.
El concepto de la soledad, eje central del pensamiento de Paz, se asemeja al castigo solitario de Sísifo. Paz argumenta que el ser humano, pero específicamente el mexicano por la naturaleza de su carga histórica, cultural y referencial, está condenado a la soledad, una condición que se intenta trascender a través del amor, la fiesta o la creación artística, pero que siempre regresa, de forma similar a la roca que vuelve a caer.
Por otor lado, la poesía de Jaime Sabines, con su tono coloquial y su inmersión en la cotidianidad y la desesperanza, refleja a menudo la conciencia de la muerte y el sinsentido, pero también la afirmación de la vida a pesar de todo, un eco de la “felicidad absurda” de Camus.
El tema del trabajo arduo y sin recompensa aparente en un entorno social y político complejo también puede verse como una manifestación del mito en un contexto más social.
El mito de Sísifo se manifestó en los poetas mexicanos del siglo XX como una lente poderosa para explorar la condición humana. La fuerza de Sísifo reside en su conciencia y su rebelión, que transforman un castigo impuesto en una victoria personal. Esta capacidad de encontrar significado en el esfuerzo a pesar de la ausencia de un propósito trascendental resuena en la poesía mexicana, que a menudo dignificó la lucha diaria y la conciencia del ser en un universo indiferente.
Sigue nuestro CANAL ¡La Jornada Hidalgo está en WhatsApp! Únete y recibe la información más relevante del día en tu dispositivo móvil.