Jorge Romero El Faro

Jorge Romero

Sexenio perdido para el transporte

En materia de transporte público, la primera administración emanada de Morena en Hidalgo será prácticamente un sexenio perdido, pues no hubo ningún cambio en la materia.

Jorge Romero
Noviembre 28, 2025

En materia de transporte público, la primera administración emanada de Morena en Hidalgo será prácticamente un sexenio perdido, pues no hubo ningún cambio en la materia.

No sólo eso, la percepción en las calles es que el transporte público ha empeorado. Las unidades que circulan han envejecido y los choferes, al menos en la capital del estado, son con frecuencia responsables de accidentes en los que la tónica es su imprudencia al conducir.

La respuesta gubernamental a los cada vez más frecuentes siniestros es llevar a cabo operativos para verificar que los vehículos y sus choferes cumplan con la ley, pero de ninguna manera resuelven el problema. Al cabo de unos días, somos testigos de un nuevo incidente en las calles.

Ya se consumió la mitad del sexenio y no hay nada. Ni siquiera un plan para empezar a mejorar un servicio que es clave para aminorar las desigualdades y reducir la pobreza. Esto es grave para un gobierno autodenominado de izquierda, que debería tomarse en serio la mejora del transporte público.

Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), los sistemas de transporte eficientes y asequibles son esenciales para aliviar la pobreza y fomentar la inclusión social, especialmente para mujeres, personas con discapacidad y comunidades marginadas.

El Banco Mundial, institución que otorga créditos para proyectos que mejoren la movilidad en países en desarrollo, señala que la falta de movilidad está directamente vinculada a la pobreza. “Mejorar el transporte público permite que las personas accedan a empleo, educación y salud, reduciendo desigualdades”. Y pone un ejemplo en su página web: en zonas rurales de Marruecos, la matrícula escolar de niñas aumentó del 17% al 54% tras mejorar caminos y transporte.

Mejorar el transporte en Hidalgo no debería ser un sueño inalcanzable. El gobierno estatal, a través de la Secretaría de Movilidad, deberían aprovechar la cercanía con la Ciudad de México para obtener asesoría técnica sobre cómo mejorar el sector en la entidad. No es posible que a menos de una hora de distancia el transporte público sea radicalmente distinto al de la capital de Hidalgo.

Tampoco debe ser un problema de presupuesto, la Ciudad de México ha utilizado la asesoría de organismos internacionales, como la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS), que es un organismo de la ONU especializado en brindar apoyo técnico y operativo a gobiernos e instituciones para implementar proyectos sostenibles.

Pero no hay nada, o al menos no se sabe de algún plan para mejorar el transporte. Se nota que el cargo le quedó demasiado grande a la titular del sector, Lyzbeth Robles Gutiérrez, quien tiene una carrera en el poder judicial y en el Senado de la República, pero cero experiencia en materia de transporte. Y se nota.

Lo malo es que quien pagará la factura de un sexenio perdido para la movilidad son los hidalguenses, quienes en lugar de ver una opción en el transporte público lo ven como un castigo, como una maldición para quienes no pueden comprar un automóvil.