Santiago Nieto, abierto
Historias que contar
Había escuchado de Santiago Nieto Castillo, no solo en estos tiempos, sino de atrás. Pero de lo reciente fue cuando el gobernador Julio Menchaca Salazar lo anunció como nuevo procurador, encargado del despacho. Lo seguí, por redes, en dos o tres conferencias de prensa. Compostura inobjetable, preciso en sus conceptos; como aquel decir: al pan, pan; y al vino, vino.
Luego me enteré que iba ser el personaje en turno del programa Café Milenio en el que participan conductores de secciones informativas. Esto ocurrió por la noche, el domingo 6 de este mes. ¿Tiempo?, un poquitito menos de una hora.
Desde el principio hasta el final prevaleció un clima cordial, pero respetuoso, entre el invitado y los comunicadores, estos inquiriendo, sin preguntas de cortesía, y sí de interés general.
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Investigué algo sobre el funcionario. Poco conocía de él. Y así: es originario de San Juan del Río, muy cercano a la capital de la entidad, Querétaro. Nació el 27 de enero de 1973. Estudió Derecho en la Universidad Autónoma de Querétaro. Obtuvo mención honorífica en el Concurso de Tesis Profesionales del Consejo de la Judicatura Federal en noviembre de 1988. También es Doctor en Derecho por la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Derecho de la UNAM.
Su esposa es la consejera electoral, Carla Humprey; se unieron en Antigua, Guatemala
Dos de sus responsabilidades laborales, entre otras, titular de la Fiscalía Especializada para la Atención de los Delitos Electorales y luego estuvo al frente de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda.
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En el ámbito internacional del muy recordado Caso Odebrecht, fue encargado en México. De ahí surgió el nombre de Emilio Lozoya Austin, director de Pemex y excoordinador de Vinculación Internacional de la campaña de Enrique Peña Nieto.
El 22 de mayo de 2018 se integró a la campaña del entonces candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador.
En la reunión, aparece con los comunicadores alrededor de una amplia mesa redonda. Sobre la lucha anticorrupción, considera que se ha estancado, y acusa, que Pablo Gómez, quien lo relevó en la Unidad de Inteligencia Financiera, ve más a ésta como un órgano político.
De Odebrecht apunta que quedan por llegar a dos eslabones: Luis Videgaray y Enrique Peña Nieto quienes eran los jefes de Emilio Lozoya.
Sale como tema la contienda interna de Moderna en pos del candidato(a) por la presidencia. Asiente, guarda las formas por limitaciones legales, pero no se salvaguarda y deja claro que su corcholata es Marcelo Ebrard.
Sobre su arribo a Hidalgo, textual: “Me ha tocado ya en dos sexenios consecutivos salir de los cargos que tengo. Hubo la oportunidad de estar cerca de Julio Menchaca quien me formuló la propuesta de venir, y desde luego, aquí estoy. Acepté”.
Delínea sus formas de actuar. “Soy de la idea que las fiscalías tenemos que ser academias de canto, como lo hicimos en Hidalgo: fuimos con los directores y los tesoreros y nos pusieron a los presidentes municipales; fuimos con estos y nos pusieron los directos generales, secretarios, subsecretarios; así fuimos resolviendo lo que se advertía entrampado”.
Hay interrogantes que lo hacen reír; muy natural, sobre todo al preguntarle si quiere ser gobernador o senador. Y responde que dependerá en gran medida de lo que pase con Marcelo Ebrard. “Eso es un tema evidente, insisto, por lealtad. Por eso en este momento mi objetivo prioritario es Hidalgo”.
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