Rita Payés: el jazz como pretexto para hallar la belleza

CIRCO SÓNICO

Sencillamente hay artistas que pareciera que pertenecen a un tiempo distinto al del presente, que proceden de un pasado maravilloso en el que brota la exquisitez, y uno de esos casos extraordinarios es el de la catalana Rita Payés, quien tiene 24 años apenas y ya es madre de dos hijos, además de poseer gran calidad vocal y de ejecución del trombón.

Nacida en Vilassar de Mar, durante 1999, se formó en la Sant Andreu Jazz Band, que dirige Joan Chamorro, y que es un semillero extraordinario para el talento emergente, que alimenta además una asimilación de la música desde una amplitud de miras; de allí mismo surgió esta artista finísima.

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Hay que decir que el empujón definitivo se lo dio C. Tangana, al incorporarla a la verbena de la gira Sin cantar ni afinar; Rita terminó presentándose poco después en los Premios Goya 2022, obteniendo la aclamación del público. En este momento nos encontramos ya ante su quinto álbum, uno al que ha titulado De camino al camino, y que es el primero en el que también se concentró en componer.

Nos encontramos ante 11 canciones y una Intro y un outro que ciertamente tienen un basamento jazzístico, pero que se quedan más como canción contemporánea, con marcada influencia de la bossa nova y el bolero; se trata de un disco para escuchas gourmet -de eso, ni duda cabe-.

Rita Payés ha ido labrando una carrera con parsimonia y criticando el alocado modo de vivir, así es que ella propone una música que sirva para el remanso y el ensueño, sin que por ello pierda una importante carga emocional; todo lo contrario, “El cervatillo” es intensa y se apoya en un cuidado juego percusivo.

Otro asunto que aporta particularidad a lo que hace esta catalana es que en su grupo de apoyo se encuentra su marido, Pol Batlle -quien también tiene una carrera en solitario- y su madre, la guitarrista Elisabeth Roma, con quien lleva años tocando y expresando su mutua admiración profesional.

Pero si nos separamos un poquito del anecdotario y hurgamos en De camino al camino, tendremos que resaltar “El panadero”, un extraordinario dueto que ha montado junto a la maravillosa Silvia Pérez Cruz: “Cuerpo presente, corazón contento”.

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Para completar el repaso al disco tengamos en cuenta “Por qué será”, en la que se acompaña con La Tania y Yerai Cortés; juntas hacen lo que parece un chotís lento y en el que centra su crítica a la velocidad del mundo moderno y se decanta por un elogio de la lentitud. Hacia el final, un violín remata una pieza muy nostálgica. También podemos regodearnos en el contrabajo de “Benvingudes” y el lustre que le saca al canto en catalán; este jazz lo remata un trombón impecable.

Con De camino al camino, Rita Payés ha entregado un disco bellísimo que integra diversas sonoridades y épocas que, paradójicamente, suena muy actual; he aquí una obra de gran calidad y sensibilidad más allá de lo que digan las listas de popularidad controladas por el mainstream… de lo que se trata es que nos dejemos abrazar por el arte verdadero.

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