¿Qué hacemos con la basura de la zona metropolitana de Pachuca?
El Faro
La semana pasada, la titular de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales de Hidalgo (Semarnath), Mónica Mixtega Trejo, hizo una declaración inquietante: desde hace un par de semanas la última celda disponible del relleno sanitario del Huixmí solo recibe la basura de Pachuca, por lo que otros municipios de la zona metropolitana de la capital del estado tienen que buscar dónde depositar sus desechos.
Lo anterior, explicó la funcionaria estatal, “porque si no, nos vamos a acabar la celda en muy poco tiempo y ya no hay espacio”.
Y es que, además de que se encuentra saturado el relleno capitalino, literalmente se encuentra rodeado de fraccionamientos “que hacen imposible ahora seguir ampliando celdas”. Es decir, la mancha urbana ya se comió el vertedero de desechos capitalino.
Más del autor: El futuro nos alcanzó
El anuncio de Mixtega debió haber prendido las alertas rojas de las alcaldías de Mineral de la Reforma, Zempoala, Zapotlán, San Agustín Tlaxiaca, Mineral del Monte, Mineral del Chico y Omitlán que, en teoría, ya deben haber puesto en marcha un plan para ver dónde depositarán los residuos que producen sus miles de habitantes.
Pero temo que no es así. La propia secretaria Mixtega Trejo deslizó la versión de que el incendio que asoló Mineral del Chico la semana pasada se produjo precisamente porque, ante el cierre del Huxmí, los ayuntamientos han optado por soluciones poco ortodoxas como quemar la basura. Así, tal cual.
En la entrevista que concedió a medios de comunicación, Mixtega dijo que hay otras opciones para los municipios citados, y dio a conocer que en Santiago Tulantepec se encuentra un relleno disponible denominado Veolia, que se encuentra en la comunidad de Las Lajas y que hoy ya recibe los residuos de ocho alcaldías de la región Tulancingo.
El problema es que entre Pachuca y Santiago Tulantepec hay unos 50 kilómetros de distancia, lo cual podría implicar que para los recolectores independientes sea inviable trasladar sus cargas hasta Veolia.
Entonces, ¿qué está pasando con la basura de siete municipios colindantes o cercanos a Pachuca?
Una investigación de Ricardo Montoya y publicada hace unos días en La Jornada nacional encontró que el cierre de la última celda del relleno sanitario del Huixmi ha provocado la proliferación de tiraderos clandestinos, que se encuentran en terrenos baldíos o incluso tiros de mina abandonados.
Montoya encontró que uno de esos predios se localiza en la comunidad de El Durazno, municipio de San Agustín Tlaxiaca, donde ya acuden desde Mineral del Chico a depositar residuos.
Otro vertedero irregular, por insólito que parezca, se encuentra en el antiguo barrio minero de La Camelia, en Pachuca. Allí, de acuerdo con testimonios recabados, camiones descargan su basura en antiguos tiros de la mina para después incendiarlos con ayuda de alcohol o gasolina, con todos los riesgos que implica y con los efectos para la salud de los vecinos.
La capital del estado y su zona metropolitana se encuentran ante una encrucijada: o se encuentran soluciones rápidas o la contaminación se agravará aún más en la región. El dejar a los municipios a su suerte no debe ser el camino para resolver este problema. Aunque sea su facultad la recolección y disposición de los residuos, se debe pensar en una solución metropolitana, antes de que el problema se agrave aún más.
Adendum. A las actuales campañas para la renovación de los congresos local y federal, pronto se sumarán los aspirantes a gobernar las 84 alcaldías de la entidad. Y en esta ocasión, se abren posibilidades para que más mujeres encabecen los gobiernos municipales gracias a la reserva de 27 municipios establecida por el Instituto Estatal Electoral. Y en esta justa, destaca la alcaldía de Tezontepec de Aldama, que desde 1950 ha sido gobernada solo por hombres. La morenista Tania Porras Vega, quien ya alista su campaña, podría ser la primera mujer en más de 70 años en dirigir el rumbo de esta alcaldía situada en el Valle del Mezquital.
