Otra vez, el Río Tula
Agujeros Negros
El 15 de noviembre de 2017 fueron suspendidas las obras de revestimiento y redireccionamiento del cauce del Río Tula, que teóricamente evitaría inundaciones, pero 46 meses después la ciudad y otros ocho municipios sufrieron el embate de las aguas residuales cuyos efectos nocivos no amainan y hacen crecer inconformidad y malestar en contra de las autoridades.
Ahora a seis meses de las inundaciones grupos ciudadanos se sigue oponiendo a esta inversión que era hace cinco años de alrededor de mil 400 millones de pesos y, que ahora se desconoce que monto será lo que destine la Comisión Nacional del Agua (Conagua), porque el Pla Hídrico no se conoce por el grueso de la población y no hay señales de que el Gobierno de la República quiera difundirlo.
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Los tulenses no olvidan que, en 2019, se volvió a mencionar la necesidad de continuar con la obra porque entraría en operación el Túnel Emisor Oriente (TEO), que incrementaría la captación de aguas residuales del Río Tula que se depositan en las presas Requena y Endhó para la irrigación de cien mil hectáreas de los sistemas de riego 100 y 03.
A principios de 2021, otra vez se mencionó que se reanudarían los trabajos, pero el ayuntamiento no fue notificado por Conagua, a quien le exigen que el proyecto sea amable con la naturaleza, ahora se insiste que la inundación fue provocada por la operación del TEO desde 2019, porque no hay obras complementarias que frenen o regulen un golpe de agua por lluvias atípicas y, se desconoce si el Plan Hídrico contempla este problema.
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El temor es que con todo y revestimiento y redireccionamiento del cauce, nuevas fuertes precipitaciones en el Valle de México vuelvan a desbordar el Río Tula; porque ahí los 36 mil damnificados y los 17 muertos en la clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), tragedia que no alivia un nuevo policlínico en donde se había proyectado la Refinería Bicentenario, porque Conagua debe garantizar que no volverán las inundaciones.
