Muerte Caracol (Universidad Autónoma de Nuevo León) de Ivonne Reyes Chiquete aborda de forma indirecta la violencia y el caos que han marcado la vida cotidiana del país.
La novela, ganadora del Noveno Premio Nacional de Novela Negra “Una vuelta de tuerca”, ha dejado una huella significativa en el género, no solo por su trama atrapante, sino también por su estructura dual y su capacidad de cuestionar al lector.
Sobresale dentro de la literatura negra mexicana al conjugar innovación narrativa con una reflexión profunda sobre la condición humana.
“Combina dos historias en paralelo. Por un lado, seguimos la vida de Carlos Sobera, un administrativo en un hospital que encuentra fascinación en las historias que imagina a partir de las emergencias que llegan. Por otro, leemos junto con a él la novela que está devorando: El asesino del caracol. Esta trata sobre un caso de un asesino serial que dejó su rastro, caracoles en los cuerpos de sus víctimas, hace 20 años y parece haber vuelto, aunque no sabemos si es el mismo o un imitador. Es un libro que explora la tensión entre realidad y ficción, mezclando lo introspectivo con la acción”, respondió para La Jornada Hidalgo.
Así Reyes Chiquete logra crear dos voces narrativas distintas, lo que permite al lector sumergirse tanto en el mundo introspectivo y melancólico de Sobera como en la acción y el suspenso de la novela dentro de la novela.
Un reto para la autora lograr diferenciar las voces y los estilos en estos dos planos narrativos.
“Fue uno de los retos más grandes. Para la novela que lee Carlos, usé recursos cinematográficos: acción constante, planos visuales y un ritmo que evocara el cine negro. Por otro lado, para narrar la vida de Carlos Sobera, empleé una prosa introspectiva y reflexiva. Esto ayudó a que ambas partes se sintieran diferentes y creíbles. Mi experiencia en cine me ayudó a plasmar esas diferencias de forma efectiva”, respondió.
Más allá de narrar crímenes, el género negro, como sugiere Reyes Chiquete, sirve para analizar la psique humana y las motivaciones detrás de actos extremos. En este sentido, la obra trasciende la mera trama policial para convertirse en un retrato costumbrista y psicológico de la sociedad.
Reyes Chiquete combina su respeto por la novela negra con una crítica a los clichés del género. Inspirándose en su conocimiento de crónicas reales, archivos históricos y su experiencia en cine, la autora dota de una dimensión visual a la narrativa, haciendo que el lector pueda imaginar cada escena casi como si estuviera viendo una película en blanco y negro.
“Fue un desafío y, a la vez, una revelación. Al principio tenía prejuicios sobre la novela negra, la veía como un género menor, quizás demasiado estructurado. Sin embargo, era el género que abordaba los temas que siempre me han interesado: el crimen y su impacto en la condición humana. Durante el proceso, decidí escribir respetando el género, pero también burlándome un poco de sus fórmulas. Lo disfruté mucho y puse todo mi corazón en crear algo auténtico.
“La novela negra en México tiene raíces profundas y cada vez más escritores se suman al género. Me encanta escuchar que algunos lo consideran la novela costumbrista de nuestro país, porque aborda los aspectos más reales y crudos de nuestra vida cotidiana. Pero también creo que este género es una excusa para hablar del ser humano: el crimen nos lleva al límite, nos muestra nuestras pasiones más oscuras. Eso lo hace muy rico creativamente”, mencionó la autora.
Reyes Chiquete combina su respeto por la novela negra con una crítica a los clichés del género. Inspirándose en su conocimiento de crónicas reales, archivos históricos y su experiencia en cine, la autora dota de una dimensión visual a la narrativa, haciendo que el lector pueda imaginar cada escena casi como si estuviera viendo una película en blanco y negro.
“Siempre me ha fascinado el crimen, tanto real como ficticio. Durante años he leído libros de crónica roja, reportajes de nuevo periodismo y novelas de crimen. Al escribir Muerte Caracol, una de las preguntas que me hice fue: “¿Podría yo ser capaz de matar?”. Fue una exploración personal que trasladé a mis personajes y que, según me cuentan los lectores, ellos también han reflexionado al leer mi novela.
“Siempre he dicho que la novela negra tiene una calidad cinematográfica inherente. Que los lectores la imaginen en blanco y negro es mágico porque refuerza la conexión entre el cine y la literatura. Para mí, es un regalo enorme escuchar cómo los lectores reinterpretan mi obra y construyen sus propias novelas mientras la leen”, expresó.
Ivonne Reyes Chiquete ha logrado una obra que no solo destaca dentro de su género, sino que invita al lector a cuestionarse y a reflexionar sobre las facetas más oscuras de la humanidad.
MHO
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