Mixtli: historia de migración bajo una mirada infantil

La migración “ha llevado a una disrupción en la cohesión comunitaria y a una pérdida de identidad”

Óscar Baños Huerta (Pachuca, 1975) es un escritor que publicó El Viaje de Mixtli en octubre de 2022 bajo el sello de la editorial española Ediciones de la Agencia Literaria Kolaval. Ganador del Premio Internacional de Cuento, Mito y Leyenda Andrés Henestrosa 2013, en su último libro Óscar nos cuenta la historia de una niña que vive en el campo y que tiene que salir de su tierra junto con su familia por razones de trabajo. Un relato que nos remite a realidades que escuchamos todos los días en nuestro país.

La Jornada Hidalgo platicó con el autor para hablar de lo que hay atrás de esa historia y de los hilos que lo llevaron a escribirla, a través de una edición que posibilitó su lectura más allá del territorio nacional.

-¿Qué buscaste al escribir El Viaje de Mixtli?

-Al escribir El Viaje de Mixtli, mi búsqueda fundamental fue la de abordar la experiencia migratoria desde una perspectiva indígena, dar cuenta de aquellas historias que a menudo son marginadas o ignoradas. Además, el hacerlo desde la experiencia de una niña, considero que me posibilitó mirar desde un lugar al que poco se voltea.

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-La prosa de El Viaje… es muy concisa. ¿Piensas que la brevedad de los textos es positiva en un país donde es frecuente escuchar a la gente decir que tiene poco tiempo para leer?

-Pienso que sí, sin embargo, no fue esa la intención de que los textos sean breves. En general me gusta escribir de esa manera, me es cómodo y lo miro como narrar retratos, piezas de una historia que se va hilando sin la necesidad de descripciones exhaustivas. Considero que la brevedad puede ser poderosa para transmitir mensajes profundos en un mundo donde la prisa es común por supuesto. 

-Al leer El Viaje de Mixtli, es difícil no pensar en el fenómeno migratorio en México y las consecuencias tanto sociales como económicas. ¿Qué efectos percibes en los pueblos originarios por este fenómeno?

-El fenómeno migratorio en México ha tenido consecuencias profundas para los pueblos originarios. Se han enfrentado a la pérdida de sus territorios, tradiciones y conexiones con la tierra. Muchas veces, la migración es una respuesta a la falta de oportunidades y al deterioro de las formas de vida tradicionales. Esto ha llevado a una disrupción en la cohesión comunitaria y a una pérdida de identidad. Además, a menudo enfrentan discriminación y marginación en los lugares a los que migran. Es la experiencia de muchas y muchos de nosotros. En mi caso, mi familia materna migró de su lugar de origen y esto repercutió en aspectos significativos, como el hecho de que mi abuela y abuelo no transmitieran su idioma materno a quienes les sucedieron al verse en la necesidad de adaptarse a un contexto distinto.

-La protagonista de tu obra es una niña de una comunidad originaria, ¿por qué elegiste escribir sobre un personaje como Mixtli?

-La mayoría de historias que he leído hablan de migrantes adultos, sin embargo, conozco personas que migraron siendo muy jóvenes y la manera en la que lo vivieron es distinta a la de quienes lo hicieron a otra edad. Quise recuperar un poco de eso y Mixtli, que en náhuatl, la lengua originaria de mi abuela y abuelo significa nube, fue la manera que encontré para acercarme a esa experiencia.

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-Por otra parte, el libro nos remite a un México rural, donde las condiciones de vida son duras. ¿Crees que hace falta escribir sobre esa faceta de nuestro país?

-Desde mi punto de vista hace falta escribir y leer de eso y claro, de muchas otras cosas que escribe gente desde las periferias, desde los lugares poco visibles no desde lugares folclorizados (que no es sino una de muchas expresiones del racismo), romantizados y que son objeto del extractivismo de las y los escritores de siempre, quienes no viven esa realidad pero consideran que tienen el derecho de hablar sobre ella e incluso explicarla sin tomar en cuenta las experiencias de quien se encuentra en esos contextos y que incluso escribe sobre ellos.

-Los textos de El Viaje de Mixtli vienen acompañados de ilustraciones, como si fuera un libro infantil. ¿El libro está dirigido a ese segmento de la población?

-Sí, pero no exclusivamente. De manera personal me gustan los libros con ilustraciones. Yo no comencé a narrar de manera escrita, lo hice desde la oralidad porque mi acercamiento a la cosmovisión de mis ancestras y ancestros se transmitió de esa forma. Los relatos, las leyendas, los mitos fundacionales de los que hablaban mi abuela y abuelo estaban cargados de imágenes. Eran narraciones breves, muchas, llenas de metáforas. Creo que las personas adultas bien pueden acercarse a materiales que articulan texto e imagen de la misma manera en la que lo hacen niñas y niños.

-El libro está editado por la editorial española Ediciones de la Agencia Literaria Kolaval. ¿Quisiste buscar nuevos lectores allende nuestras fronteras? ¿Encontraste difícil publicar en México?

-Publicar en México no es sencillo. Los libros que me han publicado han sido financiados con recursos federales y estatales y siempre a través de convocatorias. Hacer un libro con Kolaval me pareció una buena oportunidad y si además la obra tiene posibilidad de llegar a más personas, mucho mejor.

-¿Cuál es el método que utilizas para escribir?, ¿tienes un horario o cómo concretas una obra?

-No tengo horarios para hacerlo. Lo que sí hago es registrar ideas, principalmente en notas del celular. Pienso mucho antes de escribir y a veces tardo en empezar a hacerlo. Escribo durante el día y puedo pasar meses sin escribir. Reconozco la disciplina y habilidad de quien tiene constancia y un horario establecido, pero yo no puedo, aunque lo he intentado. 

-¿Necesitas vivir sobre lo que escribes, o te basta estar enterado de lo que pasa para escribirlo?

-Me parece que hay una responsabilidad en escribir sobre lo que conocemos, lo que nos es cercano. En mi caso así es. No me atrevo a narrar cosas con las que no tengo contacto. Creo que existe un riesgo en hacerlo y al menos yo prefiero leer lo que producen las personas que escriben desde su realidad antes que leer a quienes interpretan realidades a las que no pertenecen, ya que me he encontrado con una terrible banalización en este sentido, un desconocimiento de elementos que para grupos a los que no pertenecen las escritoras o escritores incluso son sagrados y que ellas y ellos se toman la libertad hasta de modificarlos sin respetarles. Pienso que es posible escribir desde algo ajeno, claro, sin embargo, estoy convencido de que debemos tener cuidado en hacerlo, informarnos y si se puede buscar el acercamiento a quienes puedan compartirnos desde una experiencia más situada.

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Jorge Romero

Periodista con casi dos décadas de kilometraje. Interesado en hurgar las entrañas de la nueva anormalidad.