Menos retórica y más acciones para frenar el daño al medio ambiente

Balcón Político

En el gobierno de Omar Fayad Meneses, siendo secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales de Hidalgo (Semarnath), Benjamín Rico Moreno, se celebró en Tula de Allende un encuentro para tomar acciones de protección y frenar el deterioro de la fauna, flora, aire y agua de la zona, que sigue siendo considerada como la más contaminada del país, desde los tiempos de Carlos Salinas de Gortari.

Entonces, se elaboró un diagnóstico, que en términos generales es coincidente con otros realizados años antes y que seguramente se asemejarán a los que están por iniciarse con la participación de grupos especializados en la materia, de instituciones prestigiosas y el concurso de representantes de los tres niveles de gobierno.

El objetivo, ahora como antes, es contener el deterioro de la región, donde el daño que ha provocado la emisión de contaminantes derivado de la actividad industrial, ha causado serios daños a la salud de los lugareños, la reducción en diversas especies de flora y fauna, por la misma razón.

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En la región Tula-Tepeji, confluyen empresas de gran envergadura como la textilera Kaltex en Tepeji del Río, o la cementera Cruz Azul, que se ubica en los límites de ese municipio con Tula de Allende y cercana a Atotonilco de Tula.

Pero también está la termoeléctrica “Francisco Pérez Ríos” de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y la refinería “Miguel Hidalgo” de Petróleos Mexicanos (Pemex), que juntas, todas ellas, son responsables del daño ocasionado al medio ambiente, desde hace más de cuatro décadas.

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A eso, hay que sumar el impacto que representa la recepción de las aguas negras provenientes de la Ciudad de México (CDMX) y el Valle de México, que sirven para regar más de 60 mil hectáreas de tierras que antes eran áridas y gracias a que se riegan con las aguas residuales del centro del país, permiten a los labriegos cultivar diversos productos comestibles.

El hecho es que a grandes rasgos todo mundo sabe de la situación adversa que vive la gente de esa región, de las acciones e inversiones anunciadas de tanto en tanto por las autoridades, pero en la realidad no se ve la mitigación del negativo impacto que provocan industrias y aguas residuales en la salud de la gente de la región.

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