Martha, una emprendedora social enfocada en la salud de mujeres y empoderarlas

Lo que inició como una curiosidad, se convirtió en una oportunidad de negocio con la copa menstrual

Martha Hernández Vargas es una emprendedora social hidalguense que busca la gestión digna de la menstruación y la salud de las mujeres.

Lo que inició como curiosidad hace nueve años por la copa menstrual para uso personal, se convirtió en una oportunidad de negocio para la también estudiante de salud reproductiva y partería en la Universidad Tecnológica de Tulancingo.

“Me puse a investigar, que era silicón, más económico, ecológico, higiénico, una vez que la probé, vi la opción de vender”, contó Martha Hernández a la Jornada Hidalgo.

“Las copas menstruales desde ese entonces, eran caras, yo decía «la mayoría de las mujeres no van a poder comprarlas», hice una inversión de mayoreo para dejarlas a precio más accesible”.

“He tratado de dar descuentos en la copa menstrual a personas que la necesitan, que no tienen el recurso suficiente, como las estudiantes o personas del área de la salud”.

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Oferta más que un producto de higiene femenina

Una copa menstrual tiene una vida útil de 10 años. Puede recoger sangrado hasta por 12 horas. “Es una buena opción, porque lo único que necesitas es agua, mientras tú la laves y esterilices la puedes usar”, comenta Martha.

En ese sentido aseguró, representa un ahorro para personas que no tienen acceso a toallas sanitarias, además de que consideró que todavía hay comunidades donde las mujeres usan “trapos”.

Añadió que estudios demostraron que, en población de África en donde se les dio a las mujeres la copa menstrual, se les redujo la incidencia de tener infecciones vaginales.  

“El uso ideal de una toalla sanitaria desechable es por 4 horas, pero hay personas que la usan más tiempo a lo mejor por su economía o porque están en un lugar donde no pueden cambiarse”.

“Tú ya te vas a morir, y la primera toalla que usaste en tu primera menstruación todavía no se va a degradar”, sostuvo, pues explica que estos productos tardan 100 años en degradarse.

“Las toallas sanitarias en parte tienen algodón, que está tratado, ya pasó por químicos”, agregó la emprendedora, además de los plásticos como otro componente.

Empoderarse y romper tabúes sobre la menstruación

Para la emprendedora es necesario romper tabúes, cuenta que madres de familia, sobre todo, llegan a preguntarle si las hijas pueden perder la virginidad por usar copa menstrual.

“Mujeres más jóvenes están abiertas a utilizarla, porque no les causa tanto conflicto introducir una copa menstrual. Las chicas que hacen deporte la consumen más”.

Sin embargo, reconoce que cada vez que se vende una copa menstrual lo ideal es asesorarse antes de utilizarla, porque las primeras veces de uso puede resultar incómodo.

“Todavía tenemos mucho desconocimiento, para empezar por nuestro cuerpo, y ¿cómo vas a identificar que tienes alguna enfermedad si no conoces tu cuerpo?”, cuestiona.  

Lo anterior significa, “empoderarse conociéndonos primero nosotras”, al mismo tiempo que Martha subraya que la menstruación es un indicador de la salud de la mujer. “Conocer nuestro cuerpo, es algo que nos pasa todos los meses”.

“Para muchas mujeres la menstruación implica no ir a la escuela, no ir a trabajar, yo digo «cómo vamos a ayudarlas», pues ofreciendo algo que sea útil, económico, que se sientan cómodas”.

De abogada a profesional de salud que cuida los derechos

Martha Hernández se preparó para ser abogada, pero sus experiencias personales la llevaron a otro camino donde también defiende los derechos de las personas, en especial de las mujeres, pero en el área de la salud.

“Estudié leyes porque yo quería cambiar al mundo, ayudar a la gente, que las personas no sufran, pero me enfrenté a la realidad de un sistema de justicia que es corrupto”.

“Un día fui a realizarme un papanicolaou en un centro de salud donde recibí maltrato, violencia, me sentí muy vulnerada”.

Reflexiona que, el control para detectar el cáncer de cuello uterino es un momento muy íntimo donde las pacientes están expuestas, y algunas no regresan por miedo ocasionando que no se detecte a tiempo.

“Me interesó el conocimiento del cuerpo de la mujer, el tema del embarazo y la preparación del embarazo”, señala la futura especialista en salud reproductiva partera.

Martha parte de que más mujeres tengan “embarazos bonitos y finales de embarazo bonitos porque sabemos que en el sector salud hay mucha violencia obstétrica”.

Concluye que la partería también es una forma de hacer que se respete el derecho a una salud reproductiva, “que las mujeres se sientan cómodas, escuchadas, y una atención digna comienza desde hablarles por su nombre”.

Sabemos que en el sector salud hay mucha violencia obstétrica
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