El proceso de selección de candidatos de los principales partidos políticos, pero particularmente de Morena, dejó varios perdedores, algunos a quienes el futuro no les depara un horizonte alentador y en otros casos, significará el ocaso de las carreras que hasta hace 3 años, se vislumbraban prometedoras y generaron amplias expectativas en sus seguidores que hasta llegaron a considerarlos parte de los relevos en el poder.
Por principio de cuentas, deberá anotarse al llamado grupo de fundadores de Morena que fueron relegados no sólo de candidaturas, también de las decisiones que se tomaron en la mesa política a la que no fueron integrados y donde se definieron los cuadros con los que se afrontará la llamada elección más grande de la historia.
Entre sus integrantes debe considerarse a Abraham Mendoza Zenteno, quien estaba en la lista de aspirantes al Senado, pero fue bajado lo mismo que en la de diputados federales y al final como un premio de consolación, fue integrado como candidato a diputado local plurinominal, pero en la quinta posición algo que consideró como una afrenta y de inmediato comunicó su extrañeza a la dirigencia nacional para pedir que fuera retirado su nombre, integraron a su hijo pero la reacción fue la misma.
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Quienes también pueden considerarse en este mismo segmento, es Gerardo Sosa y sus huestes del Grupo Universidad, que desde un principio recibieron señales de que no estarían en la lista morenista en ninguno de los espacios que estarán en disputa el 2 de junio, el golpe más duro lo recibieron con Damián Sosa y su hijo Salvador Sosa, este último considerado la carta fuerte para promover en el 2030, pero hoy deberán rascar votos para su sobrevivencia bajo las siglas del Partido del Trabajo (PT), bajo el estigma que no son más aliados al menos del grupo en el poder en el estado.
Los ecologistas tampoco pueden decirse victoriosos, sobre todo después de la imposición de Yareli Melo, una ex priista de muy baja talla, como la principal candidata al Senado, dejando de lado perfiles como el del ex candidato al gobierno del estado José Luis Lima, que se decía amigo del jefe político del estado, o el mismo Honorato González Murillo y el diputado Octavio Magaña, lo que demostró que no hay alianzas con los ecologistas, sino el uso de su siglas.
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Los actuales senadores y diputados federales que buscaron reelección, tampoco encontraron respaldo ni espacio, y ahí lo mismo anote a Nuvia Mayorga, que Nabor Rojas y los diputados Fortunato Rivera, María Isabel Alfaro Morales y Miguel Ángel Pérez Navarrete, quienes tendrán que buscan nuevos derroteros.
Finalmente, no puede dejarse de lado, el caso del grupo del ex gobernador Omar Fayad, con quien coquetearon y establecieron supuestas mesas de negociación para candidaturas al Senado, diputaciones federales, locales y alcaldías, pero al final, ni regidurías alcanzaron y mucho tiene que ver con los procesos que hay en contra de ex funcionarios de la pasada administración, pues eligieron no cargar con el estigma de haberse aliado con quienes tanto han criticado.
De mi tintero…Hay quien asegura que, la Auditoría Superior del Estado y su titular Jorge Valverde Islas, juega un especie de doble juego perverso con la complicidad de áreas administrativas y controlaría internas, con ellos oculta información comprobatoria de la pasada administración, para hacer sus anuncios espectaculares de presuntas irregularidades que en realidad ya fueron solventadas… será?…Por cierto, muy crítico y fundador de una nueva corriente se encuentra Francisco Patiño, quien en sus ratos libres y con una botella de vino por delante cuestiona la elección de candidatos de la 4T, pero por otro, se aferra a su sueldo y posición como director del CITNOVA, hay quienes piden mayor congruencia al ex aplaudidor de Gerardo Sosa…
