La neozelandesa Marija Lani Yelich-O’Connor, mejor conocida como Lorde, tiene 28 años, pero ya es una artista consolidada y una figura global de gran impacto. Virgin es su cuarto disco y a través de él consigue mostrar a una mujer que duda y es por ello que me quedo con una frase de “Hammer” como una síntesis del mensaje que quiere transmitir: “Puede que haya vuelto a nacer/ Estoy lista para sentir que no tengo las respuestas”.
Estamos ante 11 canciones de exploración, de auto-cuestionamiento y de declaraciones valientes que reflejan el momento por el que atraviesa y en el que incluso ha enfrentado al tema del género; cuando insistían en que se definiera como No binaria, ella contestó: “Soy mujer, excepto los días en los que soy hombre”.
En Virgin encontramos a una mujer abierta a explorarlo todo y muy consciente del riesgo de equivocarse incluso… en ese sentido mencionemos a “Current Affairs” y su prounciamiento: “My bed is on fire, mama I’m so scared / don’t know how to come back once I get out on the edge…”.
Musicalmente, recurrió a una mayor carga de electrónica para intentar reponerse del traspiés que supuso Solar Power (2021), que era más folk y rebosaba de rollo hippy; está vez explora una baraja más amplia de sonidos que aportan texturas y fortalecen las composiciones.
“What Was That”y “Man of The Year” han tenido impacto inmediato; esta última que nos conduce hasta las sensaciones propias de sus aventuras íntimas y nos instala en su propia cama.De principio a fin, Virgin es un álbum muy confesional… una incursión con la que intentó reflejar su femineidad, algo que para ella es: “cruda, salvaje, inocente, elegante, de corazón abierto, espiritual y masculina”.
Se trata pues de canciones que Lorde ha dicho que escribió 100% con sangre y que incluso dan cuenta de las implicaciones de dejar de tomar anticonceptivos, como ocurre en “Clearblue”, o bien muestra un DIU en la radiografía de la portada.
Le viene bien a Lorde regresar al synth-pop de Melodrama (2017)… la escuchamos muy cómoda y hasta puede acelerar un poco el beat en “Shapeshifter”e incluir subgraves muy efectivos. Estamos ante una voz generacional interesada por cuestionarse por ese entramado tan raro al que llamamos vida; ella no tendrá todas las respuestas, pero bien que vale la pena hacerse muchas preguntas.
Al final, me quedo con que Virgin es una especie de manual femenino para alguien que está próxima a llegar a los 30; Lorde se acuerda de su madre, sabe que es muy duro que te rompan el corazón, pero está en condiciones de seguir adelante y hurgar en cada resquicio de la experiencia humana.
¡Vaya, Lorde hace pop, pero cuánto nos da para analizar! ¡Este es pop del bueno… del mejor!

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