Lo que se juega en Hidalgo
Sin Protocolo
Desde su llegada al poder, el gobernador de Hidalgo, Julio Menchaca Salazar, ha enfrentado el reto de navegar entre los vestigios de un régimen priista que dejó tras de sí una compleja red de influencias y obstáculos.
Entre estos se cuentan algunos alcaldes y un Congreso del Estado que no han colaborado con la nueva administración, obstaculizando el progreso debido a la incompetencia o, simplemente, por falta de voluntad política para actuar.
Esta situación es particularmente crítica en los 12 municipios que albergan la mitad de la población hidalguense. Para el gobierno actual, es crucial ganar estas alcaldías, lo que proporcionaría un mayor margen de maniobra política y facilitaría la implementación de las nuevas políticas y programas. Este es un objetivo clave que podría definir el éxito o el fracaso de la administración Menchaca en los años venideros.
El otro gran desafío se encuentra en el Congreso del Estado. La tarea pendiente es la reforma de las leyes orgánicas que rigen diversos institutos e instituciones autónomas, que actualmente funcionan más como mecanismos para perpetuar a ciertas figuras en el poder (Algunas ya caminan sin grillete) que como entidades que brindan beneficios reales a la ciudadanía. Cambiar estas estructuras es fundamental para eliminar los remanentes del priismo que aún dominan varios aspectos de la vida política y administrativa de Hidalgo.
El reto para el gobierno estatal es asegurar que personas afines a la visión del gobernador y sobretodo, a la 4T, lleguen a liderar las principales ciudades y conseguir una mayoría significativa en el congreso. Solo con estos cambios en el poder local y legislativo, la administración actual podrá realmente comenzar a desmantelar los «lastres» dejados por décadas de dominio priista y mover a Hidalgo hacia un futuro más prometedor y equitativo.
El panorama político en Hidalgo para el 2 de junio está en un punto de inflexión: lo que se logre en los próximos meses podría bien redirigir el curso del estado para las próximas generaciones. La pregunta es si en la 4T de hidalgo podrán consolidar el apoyo necesario para llevar a cabo su visión de transformación.