Ninde Molde En Contra del Mar

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Ley Trasciende: morir con dignidad

La semana pasada Samara Martínez en compañía del colectivo Muerte Digna Ya, Práctica LabCo y Coaliciones, presentaron dos iniciativas que buscan despenalizar la eutanasia y normar desde el derecho a la salud en México.

Ninde MolRe
Noviembre 5, 2025

La semana pasada Samara Martínez en compañía del colectivo Muerte Digna Ya, Práctica LabCo y Coaliciones, presentaron dos iniciativas que buscan despenalizar la eutanasia y normar desde el derecho a la salud en México.

La propuesta contempla una reforma a diversos artículos de la Constitución, así como a la Ley General de Salud con lo que se busca derogar el artículo que criminalizan el llamado homicidio por piedad y proponer una ruta dentro del sistema de salud para que las personas que tengan un diagnóstico terminal o bien vivan con una enfermedad crónico degenerativa discapacitante e incurable puedan:

Decidir interrumpir el tratamiento médico en cualquier momento.

Suscribir su voluntad anticipada.

Tener acceso universal a cuidados paliativos.

Solicitar ayuda médica para morir.

Todo este proceso estipulando que debe haber un Continuum de consentimiento informado en el que la persona pueda cambiar de decisión de manera libre e informada.

Hace algunas semanas que Samara Martínez propició una discusión pública necesaria sobre el tema de la muerte digna, que ha traído una serie de argumentos a favor y en contra que si no caemos en la polarización, permiten ver la complejidad del tema en el que estigmas y prejuicios nos llevan a quitar de agencia a las personas.

Algunos de los argumentos en contra de la iniciativa se sustentan en un temor real de que la legalización de la eutanasia y la regulación de esta ruta de muerte digna, pueda desatar aún más el capacitismo. Vivimos en sociedades en las que las vidas de las personas no son igual de valiosas, que rechazan y dejan en el olvido a cualquier persona cuyo cuerpo no le resulta funcional al sistema.

Me parece que el argumento no es menor, es uno que tenemos que discutir y debatir a conciencia, pues al igual que ocurre con aborto, la prohibición de la eutanasia no ha generadoque la sociedad sea menos capacitista ni que las personas y sus familias no recurran a la clandestinidad para poder realizarlo.

Lo digo contundentemente: todas las personas debemos trabajar por erradicar el capacitismo de nosotres y de las sociedades en las que vivimos. Pero lograr su erradicación no se alcanza con leyes, sino con un entramado de trabajo social, cultural entre personas.

La falta de regulación, en realidad, condena a miles de personas a atravesar procesos atroces de sufrimiento y dolor, que se extienden a sus familias. Les lleva a encontrarse en situaciones donde otras personas se aprovechan de la vulnerabilidad para dañarles más.

Pienso que lo más valioso que las personas tenemos es la autonomía, el poder decidir. Ninguna decisión se toma solo en lo individual e impacta en lo colectivo, de ahí que se construyan redes infinitas que ayudan a que la decisión de la persona pueda materializarse.

Espero que esta conversación continúe, necesitamos hablar mucho más de la muerte, de la dignidad y del capacitismo.

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