Columna de Jorge G. Correa

La retórica de Trump y su impacto en Hidalgo

Sin Protocolo

Jorge G. Correa
Enero 28, 2025

Donald Trump llegó a la presidencia de Estados Unidos dominando el poder mediático, usando su habilidad para encender debates y provocar a los presentadores de noticias y opinadores que, en su mayoría, buscan imponer una narrativa basada en el miedo. Ahora, mientras algunos aseguran que con el retorno de Trump a la Casa Blanca México e Hidalgo enfrentarán una crisis inminente, es fundamental diferenciar entre los hechos reales y la retórica política que tanto lo caracteriza.

Antes de esta nueva etapa de Trump, las estadísticas indicaban que aproximadamente 5,000 hidalguenses eran deportados anualmente desde Estados Unidos. Este número, aunque significativo, no ha representado el colapso económico o social que algunos predicen. Sin embargo, al cierre de 2025, será clave analizar si estas cifras experimentan un aumento drástico debido a políticas migratorias más agresivas o si se mantienen dentro de rangos históricos.

El verdadero impacto de Trump, sin embargo, no radica únicamente en las políticas oficiales de su administración, sino en la influencia de su discurso. En Hidalgo, esto ya está teniendo repercusiones claras. El pasado viernes, en la zona sur de la capital, se llevó a cabo un operativo que marcó un cambio radical en la postura hacia los migrantes. Lo que en algún momento fue un discurso humanitario que abogaba por proteger a las personas migrantes, especialmente a niñas, niños y adolescentes, se transformó en un enfoque que los criminaliza sin justificación clara.

El argumento de las autoridades, lideradas por Guillermo Olivares, es que buscan garantizar el libre tránsito de los migrantes mientras se enfocan en identificar a aquellos con antecedentes penales. Pero esto plantea una serie de preguntas importantes: ¿cómo pueden las autoridades locales verificar los antecedentes penales de personas migrantes que apenas transitan por la región? Si el propio estado enfrenta dificultades para contar con bases de datos confiables sobre los antecedentes de su población local, ¿cómo es posible aplicar este tipo de filtros con eficacia en un contexto migratorio?

Además, este cambio en el discurso y las acciones locales contrasta con los esfuerzos anteriores por establecer refugios seguros para migrantes en tránsito, como el destinado a niñas, niños y adolescentes. Estas iniciativas buscan brindar un alivio humanitario y garantizar los derechos básicos de quienes cruzan por la región. Sin embargo, las medidas actuales parecen responder más a la presión de una narrativa externa que a un compromiso real con los derechos humanos.

En este contexto, Hidalgo enfrenta una encrucijada. Puede optar por seguir una línea de criminalización y exclusión que solo perpetúa prejuicios y fomenta divisiones, o bien puede tomar el camino de la empatía y la solidaridad. Es vital recordar que las personas migrantes no son una amenaza, sino seres humanos que buscan escapar de la violencia, la pobreza y las adversidades para construir un futuro mejor.

Si Hidalgo logra enfocarse en políticas migratorias que prioricen los derechos humanos, dejando de lado la retórica de miedo y discriminación, no solo estará avanzando hacia un desarrollo social más equitativo, sino que también dará un ejemplo de dignidad y humanidad en un contexto internacional cada vez más polarizado. El reto está en reconocer la humanidad en cada migrante, sin importar su origen, y en garantizar que encuentren en México un lugar de tránsito seguro y digno.