La plancha sin peso de alito

Jorge González Correa

La plancha sin peso de alito

Alito plancha su camisa en Washington y presume humildad mientras evade rendir cuentas por un patrimonio que no cuadra con su sueldo.

Jorge G. Correa
Septiembre 4, 2025

Ayer Alejandro “Alito” Moreno, exgobernador y líder del PRI, publicó un video mientras planchaba su camisa en un hotel de Washington. Al ritmo del vapor de la plancha y con la pose de un nuevo ícono “humilde”, intentó mostrarse cercano, como si planchar a los 40 fuera un logro extraordinario. El resultado: una burla viral en redes sociales, donde usuarios lo compararon con una telenovela absurda. No fue elegancia, fue pantomima.

Desde esa escena trivial, se comprende por qué la oposición no prende más que entre la “gente bien”. Alito se presenta como “uno de nosotros”, por esos mismos que creen que todo se consigue con esfuerzo, sin entender que sus privilegios y bienes desconectados de su declaración patrimonial (14 propiedades por 12.9 millones de pesos) nacen de presuntas trampas financieras.

Su mansión en Lomas del Castillo —valorada entre 180 y 300 millones— y el terreno playero en Champotón comprado a “33 centavos por metro cuadrado” (ahora valuado en 450 millones) son pruebas de una opulencia que desafía cualquier narrativa de meritocracia. Pero lo que más duele a la sociedad no son esos números; son las justificaciones vacías con las que el PRI repite su fórmula: engaño más lentejuelas.

Este personaje busca escapar por el lado más chistoso, porque sabe que una confrontación honesta con los millones robados sería su destrucción política. Por eso apuesta al maquillaje sentimental, al gesto costoso pero supuestamente “humano”.

Mientras tanto, la mayoría de México —esa a la que Alito desconoce— ve en sus extravagancias una afrenta: no es que planche su ropa en público, es que lo haga sin pena, como si esa farsa fuese real.

Y mientras el país se transforma políticamente con un nuevo régimen que tiene un respaldo ampliamente mayoritario, nuestra oposición carece de ideas pero es experta en extridencias vacías, dejando a un lado el nivel del debate. Cambian a Heidegger por influencers de bolsillo

Esos son los temas que importan, no los videos virales de priistas que creen que con “humildad fingida” alcanzaron gobernabilidad. La política real se construye con dignidad e inclusión, no con poses delante de una tabla de planchar.

La plancha sin peso de alito