La hora de los augurios
Historias que contar
Previos a las campañas electorales y a la definición que los electores impongan el 5 de junio próximo, dirigentes de Morena, Mario Delgado, y del PRI, Alejandro Moreno, se subieron a terrenos de augurios para exaltar lo que vislumbran de resultados.
En Hidalgo concretamente, es justo reconocer a los aspirantes a la gubernatura, Carolina Viggiano, Julio Menchaca y Javier Berganza que se han dedicado a lo suyo, sin previos enfrentamientos verbales.
Delgado transitó adelantado en comicios de este año y el próximo, y aseguró que su partido superará al tricolor en todas las gubernaturas que aún tiene.
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A su vez, Moreno negó que el PRI vaya a perder y que una de las principales debilidades del partido en el poder es que lo dirija Delgado.
Y resumió el concepto: “A él –Delgado- ni en Morena lo quieren”.
Michelle, gran Primera Dama
El libro que escribió Michelle Obama es de de un poco más de 500 páginas, pero la extensión y la forma de referirse a su experiencia de ocho años en la Casa Blanca, Estados Unidos, es amable sin provocar somnolencias, en ya que por primera vez un matrimonio de color llegó a una máxima representación ciudadana en Estados Unidos..
ÉL, Barack Obama, Presidente, ella, Primer Dama, enfrentando entornos desconocidos, pero que desde un principio con sobriedad, solventaron hasta obtener al final un reconocimiento a su labor.
El título de su aportación es breve, Mi historia, y con doce ediciones, de 2018 a 2021, se refleja el interés que despertaron sus confesiones.
En torno a la pareja gravitan sus dos hijas Malia y Sasha, a quienes ella llama familiarmente “mis garbancitos más queridos y mi razón de ser”.
En epílogo, cita: “Barack y yo salimos por última vez de la Casa Blanca el 20 de enero de 2017 para acompañar a Donald y Melania Trump en la ceremonia de investidura”, “estábamos a efectuar el traspaso con elegancia y dignidad, con los ideales y la compostura intactos. Habíamos entrado en la hora final”.
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“Y cuando se acaba el mandato, no te queda otro remedio que emprender la labor de redescubrirte a ti mismo, en muchos sentidos”.
“Un traspaso de poder, es una transición, el paso a un estado nuevo. Una mano se posa sobre una Biblia; se pronuncia un juramento. Salen los muebles de un presidente y entran los del otro. Los armarios se vacían y vuelven a llenarse. De buenas a primeras, cabezas nuevas descansan sobre almohadas nuevas; nuevos temperamentos, nuevos sueños”
Al señalar lo anterior, tenía 54 años, y responde a pregunta constante del próximo qué hacer. “Lo diré aquí sin rodeos: no tengo la menor intención de presentarme a un cargo público, nunca. Jamás he sido aficionada a la política, y mi experiencia de los últimos 10 años ha contribuido poco a cambiar eso”.
Hubo especial cuidado con sus hijas.
“Barack y yo hacíamos lo posible al protegerlas de una visibilidad excesiva. Declinábamos todas las peticiones de entrevistas que los medios les hacán y pugnábamos por mantener al margen del escrutinio popular su vida cotidiana cuanto podíamos”.
Pero además del libro, recientemente Netflix pasó un video-documental de acciones que realizó la señora Obama después de que su esposo terminó su mandato.
Y ella se presentaba en diversos escenarios, fueran teatros, salones grandes o más pequeños, y hablaba de sus experiencias. Alta, de fácil locución, sumaba fino sentido del humor que despertaba la simpatía de los asistentes.
En toda la extensión de la palabra, dama sensitiva, preparada, que no se dejó envolver por las nada sutiles redes del poder.