La historia y educación plasmadas en la pared
El trabajo del hidalguense es una mezcla de estilos que se ubica entre el realismo y el arte contemporáneo
El artista hidalguense originario de Francisco I. Madero, Jesús Fidel Vega Orozco, ha dejado plasmadas la cultura, la educación y la historia de México en sus obras, convirtiéndose en un referente en el muralismo de la entidad.
Sus inicios en los trazos se dieron por el ejemplo de su hermano mayor, quien dibujaba y de quien aprendió, a través de la observación, a hacer sus primeros dibujos a la edad de 8 años.
“Hubo un concurso de dibujo en el municipio en el que el premio era una bicicleta, yo estaba seguro de participar y ganar, esa se convirtió en una motivación porque vivía en el campo en una zona alejada del municipio y para ir a la escuela debía caminar uno o dos kilómetros diarios, entonces yo ya me veía en esa bicicleta, pero al final no gané y lejos de desmotivarme me propuse practicar para el siguiente año ganar el concurso, pero tampoco lo repitieron; ese año de práctica fue el inicio de todo esto”.
Comparte que ejercer la pintura ha sido una labor compleja especialmente en su juventud, por la falta de acceso al conocimiento, contando únicamente con el apoyo de sus padres, quienes le permitían dibujar en las paredes de su casa con gises de colores.
“Cuando nos fuimos a vivir a Morelos yo ya era adolescente, allá estuvimos un par de años y fue ahí donde tuve la oportunidad de ver por primera vez el estudio de un artista, conocer los materiales y herramientas de su trabajo”.
En esa etapa escolar Jesús Vega pulió sus habilidades de manera empírica en el retrato y figura vendiendo entre sus amigos y compañeros sus primeras creaciones. Motivado por los recientes descubrimientos sobre esta disciplina decide prepararse profesionalmente en Bellas Artes.
“En ese entonces en Bellas Artes la temática académica giraba en torno a pintura, acrílico y óleo sobre paisaje y eso a mí no me llenaba, así que empecé a tomar clases de manera personal con maestros particulares. Siempre me gustó el gran formato, así que seguí el trabajo de pintores clásicos mexicanos, sus movimientos y paletas, como Velázquez, Tamayo y maestros del Muralismo Mexicano, inspirándome especialmente en la composición y paleta de José González Camarena”.
Su desarrollo artístico lo llevó a presentarse en distintas ciudades y a conocer a compañeros del gremio, como el maestro Jesús Becerril Martínez, de quien aprendió sobre su estilo, composición y perspectivas de color y distancia.
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Mezcla de estilos
El trabajo artístico del muralista, como lo define, es una mezcla de estilos que se ubica entre el realismo y el arte contemporáneo, cuyas obras destacan por su movimiento de color, trabajando siempre sobre la figura humana.
“Cada trabajo es un reto y todos han sido importantes, pero tengo presentes los de Tulancingo que han sido en gran formato y donde he compartido con jóvenes talentos, así como el mural que se encuentra en el edificio de la Secretaría de Educación con motivo de los 100 años de la educación en México, el cual retrata la historia de la educación en el estado, en el país y el mundo”.
Jesús Vega especifica que en cada trabajo busca que la obra se exprese por sí misma, que sea elocuente, comprendida e interpretada por espectadores de todas las edades, sin distinción académica o de lenguaje.
Las obras del artista hidalguense se pueden encontrar, principalmente, en edificios públicos, instituciones educativas y de gobierno en distintos municipios del estado, así como en Morelos, Querétaro, Guanajuato y en certámenes de Colombia.
“En Colombia me invitaron a participar en el evento ‘Por la paz de nuestros pueblos’, allá está una obra que es de mis obras consentidas, que se llama ‘Del corazón a la razón’, esa pieza fue pensada en la situación de violencia que se vive especialmente en Colombia”.
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Arte y cultura en Hidalgo
En su experiencia, el artista señala que el paredismo ha ido en incremento, en especial por el interés de jóvenes que, a través del grafiti, han encontrado un medio de expresión, no obstante, se ha devaluado el muralismo derivado de la mala voluntad y gestión de quienes se aprovechan del trabajo de los artistas.
“Lo malo en actualidad y desde siempre es la falta de presupuesto, interés y preocupación para promover el muralismo, mucho menos conservarlo. Desde mi hacer procuro que mis trabajos estén en condiciones que les permitan conservarse, como estar en la sombra, evitando el contacto con la luz y la lluvia; en caso contrario, trabajo sobre lienzo, el cual se pega y por la técnica no requiere gran mantenimiento”.
El también docente de la que fuera Escuela de Bellas Artes en Hidalgo adelantó que tiene en puerta una serie de proyectos que desarrollará durante el año, los cuales compartirá próximamente a través de redes sociales.
“Saber que pude hacer y dejar algo en favor de la cultura y el arte en el estado es una de mis satisfacciones; porque no hay otra forma de invitar a la acción a los jóvenes más que creando de la mejor manera para que ellos repliquen”.
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