La guerra en primera persona
Este texto de la escritora ucraniana retrata con maestría los cambios que sufrió la sociedad durante la invasión nazi
La vida cambia en un segundo. La situación de una persona puede verse impactada de un momento a otro por un golpe de suerte, por un accidente, un evento fortuito. Muchas veces es común escuchar la frase respecto a que alguien estaba en el lugar equivocado a la hora equivocada, o bien, que cuando te toca, aunque te quites y cuando no, aunque te pongas.
Es el caso del estallido de una guerra, al interior de un país o entre dos naciones. Los ciudadanos que habitan en alguna región impactada por un conflicto bélico ven alterada su vida y es muy probable que nunca más vuelva a ser la misma que tenían antes de las hostilidades.
Suite francesa, de la escritora ucraniana Irène Némirovsky, retrata con maestría los cambios que sufrió la sociedad no solo judía, sino de todas las religiones durante la invasión nazi al territorio galo, en un texto que la propia autora escribió en el fragor de los peores años de la ocupación hitleriana.
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Se trata de una obra maestra de la literatura mundial, publicada por primera vez hasta finales de 2004, que se puede encontrar bajo el sello Salamandra Bolsillo, que captura la complejidad de la vida bajo la ocupación nazi en Francia y que muestra cómo, incluso en tiempos de guerra, la humanidad puede surgir en los momentos más inesperados.
La primera parte del libro describe la huida de un grupo de parisinos durante la invasión alemana de Francia en 1940. Los personajes principales incluyen a una familia aristocrática que huye de París en su coche y a una joven pareja que busca refugio en una pequeña ciudad. A medida que avanzan en su camino, se encuentran con diferentes situaciones y personajes que les hacen cuestionarse sus valores y su fe en la humanidad.
La autora nos presenta una amplia gama de personajes y nos muestra cómo la guerra transforma tanto a individuos como a la sociedad en general. Además, Némirovsky no juzga a sus personajes, sino que los presenta de manera realista y humana, lo que hace que sea más fácil para el lector empatizar con ellos.
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El lector podrá ser testigo de cómo Francia y los lugares donde se desarrolla la obra viven en un ambiente de incertidumbre en los días previos a la llegada de los alemanes. Tras las primeras bombas miles de familias se lanzan a las carreteras en coche, en bicicleta o a pie.
Se trata de ricos burgueses angustiados, amantes abandonadas, ancianos olvidados en el viaje, todos ellos padecen los bombardeos y deben recurrir a todo tipo de artimañas para conseguir agua, comida y gasolina. A medida que los invasores van tomando posesión del país, se vislumbra un desmoronamiento del orden social imperante y el nacimiento de una nueva época.
Las descripciones detalladas de la huida y de la evacuación de París muestran el caos y el sufrimiento que la guerra trae consigo. Sin embargo, también hay momentos de compasión y solidaridad entre los personajes, lo que muestra la fuerza del espíritu humano en tiempos difíciles.
La prosa de Irène Némirovsky es elegante y evocadora y su descripción de los paisajes franceses es impresionante. Pero lo que realmente hace que esta obra sea memorable es su capacidad para transmitir la realidad de la guerra sin hacer juicios morales y para mostrar cómo la humanidad puede surgir incluso en las situaciones más difíciles.
Tras la tempestad… ¿la calma?
La obra, que en la edición de Salamandra bolsillo consta de casi 500 páginas, se divide en dos partes: la primera, “Tempestad en junio”, es la que describe el éxodo parisino, y en la segunda parte, “Dolce”, se centra en la vida de los habitantes de un pequeño pueblo francés bajo la ocupación nazi.
Los personajes principales incluyen a Lucile, una mujer joven y hermosa casada con un prisionero de guerra alemán, y a Bruno, el oficial alemán encargado de la ocupación del pueblo. A medida que Lucile y Bruno comienzan a desarrollar una relación, la tensión en el pueblo aumenta y los personajes se enfrentan a dilemas morales cada vez más complejos.
En este sentido, la obra de la ucraniana es profundamente conmovedora. La autora muestra cómo la guerra obliga a las personas a tomar decisiones difíciles y a menudo contradictorias, y cómo estas decisiones pueden tener consecuencias devastadoras.