La cultura como una fuente de resiliencia
In principio erat Verbum
Las diferencias culturales no deben separarnos los unos de los otros, sino que la diversidad cultural aporta una fuerza colectiva que puede beneficiar a toda la humanidad.
Robert Alan
Probablemente este sector ha sido uno de los más castigados durante y después de la pandemia; salas de teatro vacías, conciertos pospuestos, instituciones cerradas, prácticas culturales canceladas y artistas a los que les es difícil continuar con sus actividades son solo algunas de las situaciones a las que se han visto enfrentadas la comunidad cultural.
De acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas, la crisis que aún se desarrolla corre el riesgo de profundizar las desigualdades y hacer que las comunidades sean vulnerables. Además, las industrias creativas y culturales contribuyen con alrededor de 2 mil 250 millones de dólares americanos a la economía global y representan 29.5 millones de empleos en todo el mundo.
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Si bien es cierto que muchos de los eventos culturales se nutren y estimulan a través de la audiencia y los espectadores, durante este difícil proceso de confinamiento millones de personas han visto en la cultura una fuente de consuelo, crecimiento, bienestar y conexión con otros seres humanos.
Tenemos que considerar que las grandes crisis en muchas ocasiones se han traducido en un impulso para romper paradigmas, crear escenarios y la creatividad se detona dando pie a resoluciones ingeniosas de problemas, por lo que hubo un aumento en la creación de contenido digital, se han desarrollado tours en línea para que los usuarios puedan visitar museos y galerías e incluso se abrieron espacios online para compartir películas y lives para ver conciertos.
Pero, además, no podemos olvidar que no solo se trata de la cultura entendida como la diversidad de ideas no especializadas y adquiridas gracias al desarrollo de las facultades intelectuales, sino que además tenemos que pensar en los conocimientos transmitidos por las culturas de los pueblos indígenas, los cuales nos han ayudado a aumentar la resiliencia.
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De acuerdo con datos del informe EVITAR EL ETNOCIDIO Pueblos indígenas y derechos territoriales en crisis frente a la COVID-19 en América Latina, emitido por Oxfam, se mencionan algunos rubros importantes que nos pueden proporcionar nuevas maneras de enfrentar las crisis: 1) La forma en que los conocimientos sobre cultivos tradicionales pueden ser una herramienta para la seguridad alimentaria, 2) La medicina tradicional como una alternativa, 3) La priorización de lo colectivo y comunitario y 4) La práctica de un autogobierno mediante medidas de contención lideradas por sus autoridades ancestrales, solo por mencionar algunas áreas de forma general, ya que si algo debemos recordar es que mirar al pasado con consciencia siempre será una buena forma de evitar los errores.
La resiliencia nos invita a enfrentarnos ingeniosamente ante los problemas, y sé que a través de las reflexiones de un buen libro, con las escenas de una película que nos haga pensar e incluso en algunos momentos llorar o bien con las risas de una comedia o un stand up, siempre será mucho más ligera la carga y sobre todo dejará de ser un peso para convertirse un problema en una oportunidad de crecimiento.
Estoy convencido de que la cultura, ya sea la que hemos adquirido de forma propia o la que nos ha sido heredada por los pueblos tradicionales, siempre será una manera de impulsarnos a crecer y a creer que por muy difícil que se presente el panorama, unidos podemos hacer que lo complicado sea un poco más sencillo y lo impensable se convierta en algo posible.
*Analista en temas de Seguridad, Justicia, Política, Religión y Educación.
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