Javier Zavala Hernández, un cantinero y entrañable amigo

En esta primera edición de Perfil de 2023 recordamos y compartimos la historia de vida de quien fuera escucha de cientos de historias, fallecido el pasado 31 de diciembre

Javier Zavala Hernández, quien fuera escucha de cientos de historias y entrañable amigo, nació el 27 de febrero de 1957 en la comunidad de El Higo, en la huasteca veracruzana, en donde predomina la producción de caña, azúcar y cerveza; su padre, Regulo Zavala, era propietario de cinco cantinas, espacio en el que él trabajó desde la edad de 12 años. 

Para continuar sus estudios se trasladó a la Ciudad de México, en donde cursó la preparatoria y la universidad, recibiéndose en la licenciatura en Economía por el Instituto Politécnico Nacional (IPN)

Por cuestiones de trabajo llegó al estado de Hidalgo, a partir de la oferta hecha en la Secretaría de Recursos Forestales a nivel federal, por lo que se estableció en Huejutla, donde trabajó alrededor de 4 años como coordinador regional de la Secretaría de Programación y Presupuesto. 

Foto: Especial

“Mi papá trabajó en gobierno federal y estatal aproximadamente 30 años, pero siempre llevó de la mano el oficio que heredó de mi abuelo, abriendo en Hidalgo algunos bares y cantinas en distintas etapas de su vida”, comparte su hijo, Javier Zavala Ramírez.  

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Cantinas en la Bella Airosa 

En 1992, una vez establecido junto a su familia en la capital hidalguense y conjugando su oficio como cantinero, abrió el establecimiento “Corcel” en la colonia Morelos, hasta 1996, para un año más tarde, en la calle Morelos, abrir “El Cocktail”, el cual permaneció hasta 2003. 

“El Cocktail fue muy especial para mi padre porque en este lugar se generaron muchas amistades, ahí trabajó con uno de sus compadres a quien le decían ‘el Conan’ y yo también me inicié en el oficio, a los 16 años”.

En 2005 se inauguraría la conocida y ya tradicional cantina “Tratado de Versalles”, que se ubica en la calle Nicolás Romero, formando parte de la historia en el Centro Histórico de Pachuca y sus alrededores. 

“A lo largo de estos años incursionó en distintos proyectos en sociedad conmigo que fueron más breves, como la sucursal ‘Versalles’, en la calle Trigueros, y ‘La Mansión’, en Santa Julia, pero por la pandemia se detuvieron”. 

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Cantinero de la vieja guardia 

“Logró siempre lo que se propuso, cuando dejó el sector gubernamental, en 2005, se dedicó enteramente a este oficio de tradición familiar y Versalles es lo que es por él, y creo que la mejor referencia podrá ser dada por nuestros clientes, pero forma parte de los cantineros de la vieja guardia, como lo es ‘El Flaco’, ‘La Barata’, ‘Don Pedro’, con una forma de trabajar muy característica: su alegría, en un oficio complicado en el que tienes que aguantar el carácter de distintas personas”. 

Zavala Ramírez recuerda la pasión y competitividad de su padre en los juegos de cubiletes, los bailes y tragos compartidos con clientes que se volvieron amigos y el sinfín de historias contadas en la barra. 

“Las anécdotas han sido tantas, pero algunas que recodaba mi papá fue cuando un profe se quedó encerrado en la cantina y en la madrugada me mandó a abrirle porque se había quedado dormido en una pequeña bodega que tenemos; también algunos premios de la Lotería que han caído aquí y los que por poco caen; cuando un empleado se llevó las llaves de la camioneta, la casa y el negocio, dejándonos encerrados y durmiendo sobre cartones de cerveza ¡en invierno!”. 

Asegura que por el tabú que existe alrededor del giro, la gente piensa que son lugares de eterno conflicto, pero la realidad es totalmente distinta, ya que en las cantinas se han forjado grandes amistades. 

“Las muestras de afecto que mi familia ha recibido en estos momentos son muy significativas, reflejo del cariño que le tuvieron a mi papá, quien fue una persona con mucha nobleza a la que le gustaba apoyar a su comunidad. 

“Ahora que estuvo hospitalizado encomendó mucho el negocio y sus clientes, jamás dejó de estar pendiente, ahora en nosotros está el continuar con el legado pese a todo y sé que mi papá estaría orgulloso de que sigamos con esta herencia familiar”.  

«En estos días complicados hubo mucha gente que nos tendió la mano y desde sus trincheras hizo un esfuerzo por hacer que su ausencia sea más llevadera»

Javier Zavala Ramírez 

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