Indefendible(s)

La última semana la controversial y decepcionante Ana Karen Parra Padilla otra vez acaparó los titulares.

Un grupo de activistas de derechos humanos se manifestaron frente al Congreso del Estado para pedir su destitución, a tan solo 3 años de su designación en un encargo al cual todavía le faltan 2 años más. A ese grupo de activistas también se sumaron de forma paralela otras feministas que señalaron dos cosas: que ellas ya habían señalado el deficiente trabajo que Parra y la falta de apoyo del otro grupo de activistas en aquel momento. Y apenas el lunes otro grupo de activistas se manifestaron a favor del trabajo de la Ombudsperson

En todo este caos- bastante vergonzoso- hay cosas que se tienen que admitir y que en esta columna he dicho varias veces: Ana Karen Parra ha sido una pésima, pésima Presidenta de la Comisión. Sin embargo su deficiencia no es peor que la de sus antecesores, está en el mismo estándar no me alcanza el espacio para hacer un informe detallado pero por ejemplo en el tema de la emisión de recomendaciones desde que llegó en 2022 y a la fecha ha emitido 29 recomendaciones (7 de 2022, 7 de 2023, 12 de 2024 y en lo que va del 2025 3 recomendaciones), Alejandro Habib entre 2019 y 2021 emitió 12 recomendaciones, Alfredo Sepúlveda de 2013 a 2018 emitió 52. No pongo las cifras de cuando Raúl Arroyo estuvo en la Comisión porque desde mi óptica y con algunas críticas, es probablemente el mejor Ombudsperson que ha tenido este órgano y que tan solo en 2013, su último año de trabajo, emitió 48 recomendaciones.

El trabajo en la CDHEH no se trata solo de emitir recomendaciones que no cumplan parámetros de calidad y que además no sirve de nada tener una recomendación cuya reparación del daño no sean cumplida por la autoridad, pero se sabe que un Ombudsperson que ejecuta su función de defensor del pueblo tiene un compromiso real con el movimiento de derechos humanos y por tanto emitirá las recomendaciones que sean necesarias independientemente de su relación con los partidos y los gobiernos.

He señalado que Parra ha utilizado las redes sociales de la Comisión como si fuera una plataforma personal y ella una influencer, que su forma de transparentar su trabajo no permite entender que hace, las manifestaciones en su contra evidencian el malestar social, que hizo promesas que, nadie le pidió y además no cumplió como bajarse el sueldo, que nos dio una muestra de su poco compromiso con la CDHEH cuando decidió lanzarse para contender a la presidencia de la CNDH con apenas dos años al frente de este organismo.

Es cierto que ha iniciado investigaciones de oficio cuando ha sido necesario, pero esa es su chamba que no merece que celebremos más allá de reconocer el deber cumplido y también es cierto que muchas de las críticas hacia ella tienen tintes machistas.

En toda esta compleja situación, hay que reconocer que los diversos activistas que han mostrado a favor o en contra, tienen poca, muy poca legitimidad y que eso ha salido a flote.

Al final todas las personas involucradas son indefendibles, no obstante, la critica a Karen Parra no es solo un golpeteo- o puede que si algunas personas lo estén haciendo desde ahí-visibiliza su carente capacidad para ser la Ombudsperson.

Una decepción, porque si ven su entrevista que está disponible en el canal del Congreso supo venderse utilizando al movimiento de derechos humanos y a los feminismos.

En fin, la única cosa que rescato es que es importante la crítica y la manifestación para seguir siendo un estado democrático.

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