Hugo Gómez, comprometido al 100% con los animales

El vínculo de las mascotas se ha transformado en un rol más fuerte como integrante de la familia

Cuando Hugo tenía seis años su perrito enfermó y fue entonces su primer acercamiento con la profesión que hoy ejerce, “yo no sabía ni que era un veterinario, solamente me gustaban los animales desde que yo recuerdo”.

«¡Era un pseudo veterinario, ahora lo sé que ya soy grande!”, cuenta entre risas su anécdota Hugo Alberto Gómez Becerra, para quien es mayúscula su responsabilidad como veterinario.

“Falleció el perrito. A los ocho años tengo otro y se enferma, mi papá me lleva con otro veterinario, ahí vi la diferencia de lo que era un veterinario y un pseudo veterinario”.

Años después, aquel niño egresó como Médico Veterinario Zootecnista en la Universidad Autónoma de Tlaxcala.

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En 2015, como Presidente del Colegio de Médicos Veterinarios Especialistas en Pequeñas Especies de Hidalgo, prueba su sospecha sobre la persona que atendió a su mascota cuando él era niño.

“Hasta ese momento supe que no era veterinario, porque hicimos un censo de los veterinarios que existían en Pachuca y ahí fue donde yo traté de buscar los datos de esa persona y resulta que no es ni veterinario, no es nada, pero se ostentaba como veterinario”.

Hugo se ha preparado tomando cursos y diplomados de pequeñas especies, particularmente en cirugía y traumatología, actualmente es director general del Hospital Veterinario de Especialidades Gómez, ubicado en Pachuca, abierto las 24 horas, los 365 días del año.

“Al entrar a la universidad quería ser médico de equinos pero cuando conocí a las pequeñas especies ya no quería otra cosa que no fueran perros y gatos”, reconoce.

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Dirige un hospital que dignifica la profesión veterinaria

El teléfono celular del veterinario Hugo Gómez constantemente suena. Está comprometido con su labor, comenta que puede entrar a las 8 de la mañana a la primera cirugía y salir de quirófano a las 11 de la noche.

Al igual que lo fue en su infancia, el lomito sigue siendo su mascota preferida: tiene cuatro en casa.

“Ni nuestros perros a veces podemos sacar a caminar o pasear, a veces los traemos al hospital”, expresa al hablar de la verdadera vocación que se requiere en esta profesión.

El hospital de especialidades que fundó hace 13 años ha crecido en servicios, y además recibe a los estudiantes de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) para hacer servicio y prácticas profesionales.

“Llevan a cabo aquí su último semestre y donde tratamos de guiarlos para darle dignificación a nuestra profesión, que actualmente es más respetada”, asegura Gómez Becerra.

“Antes de un veterinario se pensaba que era el que vende perros, baña perros, vende alimentos, pero es una profesión donde ya hay especialidades, cardiología, ortopedia, oftalmología”, apunta el también profesor externo.

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Proyecta a Hospital Gómez con más especialistas

Hugo proyecta que Hospital Veterinario Gómez cuente con médicos encargados de distintas áreas, ya que, por el momento, él y un colega reciben de todas las especialidades, “si vemos que nosotros no podemos, lo remitimos”, señala y ofrece algunos ejemplos:

Una colocación de lente en ojo, una cirugía de catarata a un hospital de oftalmología, quimioterapia por un tumor diagnosticado cancerígeno lo trasladan a que inicie tratamiento de oncología veterinaria en hospital de especialidades, solo en oncología.

“Si requiere una cirugía de corazón lo trasladamos al hospital de cardiología veterinaria. Todavía estamos muy pobres en eso porque hay muy pocos médicos preparados, pero me gustaría que fuera un hospital que contara con distintos especialistas, como en 10 años todavía”.

Salvaguarda primero la vida del ser humano

El médico veterinario Hugo comparte que, al platicar con un pediatra, encontraron que parece ser que la responsabilidad de un veterinario es tan fuerte como la de un especialista de la salud en niños, dado que el vínculo de las mascotas se ha transformado en un rol más fuerte como integrante de la familia.

“Si se muere el perro de quien dijo que era su hijo, puede caer en depresión, tomar represalias fuertes. Han asesinado a veterinarios porque el propietario pensó que el veterinario hizo un mal manejo o dentro de su enojo pensó que fue una mala atención”.

Pero eso no debe ser así, asegura Gómez, “nosotros nos entrenamos primero, para salvaguardar la vida del ser humano, antes que un animal, todos los veterinarios nos preparan para salvaguardar la vida de un ser humano”.

“Secundariamente a eso, si no existieran veterinarios no existiera el huevo, la leche, vacunas contra la rabia, no pararían pandemias graves, o enfermedades que transmitían los animales hacia los seres humanos”.

Hay impacto en el bienestar emocional de los veterinarios

Con la pandemia, la profesión en pequeñas especies creció considerablemente porque las personas buscaban un gato o perro en su encierro, explica el director del Hospital Veterinario de Especialidades Gómez.

Pero a la par, hay otra cara de la moneda, señala que son los cuidadores de la salud de los animales, los que tienen la mayor tasa de suicidio en comparación con otras profesiones, de acuerdo con investigaciones internacionales.

“Nuestra profesión es la número uno a nivel mundial en suicidios, por la presión tan fuerte que reciben y es algo delicado”, comenta Hugo Gómez y se sincera, “hay momentos que esa presión, sí la he llegado a sentir”.

En ese sentido, este médico veterinario concluye que la sociedad debe ser más consciente sobre la labor de un veterinario.

“Es un estrés cuando el propietario no logra entender que son seres vivos, y que no son una máquina a la que le vamos a cambiar una refacción, y todo ser vivo por lo tanto tiene en cualquier momento la muerte”.

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