Hacen ritual de «la traída del agua» en San Juan Tepa, Hidalgo
Un grupo de mujeres otomíes originarias del poblado de San Juan Tepa, del municipio de Francisco I Madero subieron al cerro Las Fuentes para colectar un poco del agua que brota en las grutas; ritual para pedir a Dios y a la Madre Tierra que el líquido no falte y que las lluvias lleguen pronto para regar las semidesérticas tierras del Valle del Mezquital.
La procesión la hicieron, cómo es costumbre desde hace un siglo en vísperas de la fiesta patronal de San Juan Bautista, vestidas con enaguas multicolores y cargando cantaros de barro, flores, frutas, imágenes de pájaros, plantas y animales.
Se trata de las aguadoras que dos veces al año- el 12 de enero para honrar y pedir a la Virgen de Guadalupe que haya agua para los sembradíos y en junio una semana antes de la fiesta patronal de San Juan Bautista- encabezan una procesión junto a pobladores de San Juan Tepa. Suben al cerro lanzando cohetones y cargando un nicho con la imagen de «San Juanito», como le llaman los lugareños.
Este año se pidió que niñas y adolescentes también llevarán algunos de los cántaros,ya que representan a la nueva generación de aguadoras.
También participaron danzantes , grupos de bandas musicales y chirimiteros, que son los encargados de anunciar, por medio de «chirimias» o instrumentos musicales de viento parecidos a las flautas hechos con mezquite, el inicio de las festividades religiosas.
La procesión,de más de cinco kilómetros, partió de la parroquia y terminó en una de las cuevas que está en la ladera del cerro donde brota un manantial.
Para sorpresa de todos, en está ocasión estaba seco.
Esto obligó a las aguadoras, a los «concheros» y a los pobladores a caminar a ir a otra de las pequeñas grutas naturales del cerro donde hallaron un poco de agua.
Allí tras prender copal en un incensario y colocar ofrendas con las flores y frutas que llevaban en los cántaros, realizaron un ritual, producto del sincretismo -combinación de elementos religiosos prehispánicos y católicos -que prevalece entre la gente de la región.
Luego, de acuerdo a la tradición que surgió en 1923, las aguadoras y los otros vecinos de San Juan Tepa procedieron a llenar de un poco de agua del manantial sus cántaros, botellas y otros recipientes para llevarlo a la iglesia para que sea usada por el párroco para bautizar a los niños y bendecir imágenes religiosas.
También para lavar la ropa de los lugareños para que sea usada durante la fiesta patronal.
San Juan Tepa es un poblado otomí ubicado a unos cuatro o cinco kilómetros de Tepatepec, cabecera del municipio de Francisco I Madero.
El poblado es conocido en la región como «San Juan Tepa, tierra de las aguadoras».
Incluso,en el cerro hay una placa rectangular con la leyenda «Las Fuentes» con una imagen pintada de la loma y de una «aguadora».
Por Ricardo Montoya
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