Gerardo S.C. el final de un cacicazgo
La historia de un poderío disfrazado de universitario
El pasado 31 de agosto de 2020, el ambiente político y de la principal universidad de Hidalgo se sacudió con la noticia de la aprehensión en la Ciudad de México y traslado a la SIEDO, de Gerardo S.C, presidente del Patronato Universitario de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), quien fue detenido acusado por los delitos de operaciones con recursos de procedencia ilícita, peculado y defraudación fiscal.
Los problemas recientes de Gerardo Sosa con la justicia mexicana comenzaron a partir de marzo de 2019, cuando la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), dirigida por Santiago Nieto, organismo autónomo vinculado a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, que preside el hidalguense Arturo Herrera Gutiérrez, aseguró que fue notificada de movimientos financieros inusuales, pues la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo había recibido recursos a través de 22 cuentas bancarias por un monto de 156 millones de dólares, por lo que determinaron congelar cuentas a la institución, por presunto lavado de dinero.
Posteriormente, y en reiteradas ocasiones, Gerardo Sosa negó que esos fondos fueran por lavado de dinero y explicó que se trataba de un fondo de trabajadores que se acumuló y generó réditos durante más de 20 años, pero consideró que esta operación llamó la atención, debido a que los fondos que estaban en el banco Credit Suisse fueron transferidos al banco HSBC, porque ese banco les orecía mejores condiciones financieras.
Inconforme con el congelamiento de cuentas, Sosa marchó con alumnos universitarios el año pasado por las calles de Pachuca a la Plaza Juárez, además de usar los medios universitarios apenas hace unas semanas para acusar a HBSC de banco fraudulento y advertir a los cuentahabientes que evitarán poner su dinero, pues acusaba a la institución bancaria de estar en contubernio con la UIF, a quien Sosa también señaló de no tomar en cuenta 150 cajas que la Autónoma de Hidalgo aportó con presuntas pruebas para acreditar que no había cometido ningún delito.
También la UIF vinculó estos recursos, con que presuntamente provenían de desvío de dinero público de las secretarías de Desarrollo Agrario y Desarrollo Social, mediante la Estafa Maestra, lo cual Gerardo Sosa rechazó reiteradamente.
Y aunque hubo una serie de amparos interpuestos por la UAEH y por el Patronato Universitario dirigido por Gerardo Sosa, la UIF y la Secretaría de Hacienda mantuvieron congelados los recursos de las seis cuentas de la UAEH, las cuales de acuerdo a la versión de Sosa Castelán, son recursos de fondos de trabajadores de esa casa de estudios de Hidalgo.
Una vez detenido Sosa Castelán, no se debe perder de vista que esos 151 millones de dólares deben ser vigilados por los universitarios, además de que la autoridad federal y estatal deben clarificar que se destinen a su principal objetivo, que se supone es fondear las jubilaciones de los profesores y trabajadores administrativos, además de destinarlo al mantenimiento y desarrollo de infraestructura de la institución educativa.
La detención de Gerardo Sosa fue captada en video, cuando el presidente del Patronato Universitario, vestido de traje y corbata, es llevado del brazo por un agente de la Agencia de Investigación Criminal, y subido a una unidad de color gris, sin insignias y cuya marca se desconoce. Luego de ser trasladado a la SIEDO, a Gerardo S.C. se le recluyó en el penal del Altiplano, prisión de máxima seguridad destinada a delincuentes de alta peligrosidad. Ha sido la justicia federal, no la de Hidalgo, la que puso en la cárcel a Sosa.
¿Quién es Gerardo Sosa?
Los orígenes de su llamado Grupo Universidad
Pero, ¿quién es Gerardo Sosa y cómo se convirtió en el líder de facto de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo? Controvertido personaje con claroscuros, se le señala por un pasado marcado por la violencia, el abuso y el porrismo, pero en los últimos años jugó un papel de ariete político, además de ser el artífice del innegable avance en la infraestructura de la UAEH, que la tiene como una de las universidades con instalaciones más modernas, incluso por encima de algunas universidades públicas nacionales.
Político, abogado y criminólogo Gerardo S.C. nació el 26 de julio de 1955 en el municipio de Acaxochitlán, Hidalgo. De acuerdo con su biografía en Wikipedia y en el propio Patronato de la UAEH, realizó sus estudios de educación básica y secundaria en su tierra natal. Posteriormente, se traslada a la ciudad de Tulancingo, donde cursa sus estudios en la Preparatoria número 2. A mediados de los años 70, Sosa Castelán se traslada a Pachuca, para cursar sus estudios de derecho, en la entonces Universidad Autónoma de Hidalgo (UAH).
Es ahí se convirtió en dirigente de la Federación de Estudiantes Universitarios de Hidalgo, la tristemente famosa FEUH, que tenía sus instalaciones propias en la avenida Madero de la capital hidalguense. Sosa concluyó sus estudios de derecho en 1979 y se incorporó a la propia universidad, aparentemente como profesor de Introducción al Estudio del Derecho.
Una versión de Cobertura 360, menciona que Sosa Castelán siendo estudiante de derecho y líder de la FEUH, paso a la palestra y puso en jaque a Jorge Berganza, ex alcalde de Tulancingo, por el homicidio de un estudiante de la Preparatoria 2, de nombre Leopoldo García Mazzoti, a manos de un policía municipal. De ahí, como militante priista, comenzó a conocer a otros líderes de la época, que pertenecían a la Confederación de Jóvenes Mexicanos. Así comenzó su vertiginoso ascenso en la política hidalguense y la conformación de llamado Grupo Universidad.
Entre la población de Pachuca y Tulancingo a finales de los 70’s y mediados de los 80’s, casi una década, son conocidas las innumerables anécdotas de violencia, abusos, robos, atracos en grupo y hasta homicidios de quienes integraban la temida FEUH, que se había convertido en una especie de mafia, integrada por algunos estudiantes de la Universidad Autónoma de Hidalgo (UAH) y otros pseudo estudiantes que no eran más que porros integrados a los desmanes, grupos que comandaba Gerardo S.C, y quien era secundado por otro líder de ese entonces, a quien la ciudadanía identificaba por ser extremadamente violento y temible, Zenaido Meneses, quien posteriormente también presidió la FEUH.
Cobijado por el gobernador priista Jorge Rojo, la FEUH funcionó como un grupo de choque, que se paseó con toda impunidad en Pachuca y sus alrededores asaltando camiones de refrescos y cervezas, golpeando opositores políticos, saqueando tiendas, como ocurrió varias veces con almacenes Blanco, además de disponer de tienditas, loncherías, generar violencia e intimidación al interior de planteles de la UAH, además de agresiones a balazos, secuestros y hasta homicidios, e incluso la violación de una artista en Tulancingo, que hasta la fecha no ha sido ni confirmada ni desmentida, pero hechos que fueron documentados por Arturo Herrera Cabañas en el libro Política y Gobierno en Hidalgo, así como en el libro La Sosa Nostra, porrismo y gobierno coludidos en Hidalgo, de Alfredo Rivera Flores, que da cuenta del vandalismo y colusión con los gobiernos de entonces.
Justamente la aparición de este último libro, motivó que el 6 de agosto de 2004, Sosa Castelán interpusiera una demanda penal por daño moral contra Alfredo Rivera Flores, así como contra el periodista pachuqueño Miguel Ángel Granados Chapa (ya acaecido), y hasta alcanzó al pintor Enrique Garnica, que luego fue exonerado. La demanda centrada en Rivera Flores, la ganó Sosa Castelán, quien fue indemnizado con 730 mil pesos que debió resarcir Rivera. Del largo juicio que duró 16 años, se desconocen más detalles.
A Sosa Castelán, de acuerdo con informaciones periodísticas, se le vincula como discípulo de José Antonio Zorrilla Pérez, quien fuera director de la Dirección General de Seguridad, corporación de negros antecedentes en los ochentas, vinculada a desapariciones forzadas, tortura y guerra sucia. Zorrilla Pérez fue secretario de Gobierno en Hidalgo y fue señalado como el autor intelectual del homicidio del periodista y columnista Manuel Buendía en los años ochenta en el Distrito Federal. Pero a pesar de ser señalado y sentenciado como asesino, hasta la fecha existe en el lobby de la secretaría de Gobierno en Palacio de Gobierno un mural donde está la imagen intacta del susodicho.
Además de sus aventuras de vandalismo y tropelías, Sosa Castelán al interior de la universidad ha sido conocido por sus querencias, pues algunas mujeres de la UAEH con las que se le vinculó sentimentalmente, alcanzaron puestos de decisión al interior de la casa de estudios, tema que ha sido poco ventilado en los medios, pero que es ampliamente conocido en la institución.
De ser líder estudiantil, Sosa muy joven pasó a ser dirigente del SUTSPEEH, diputado local por el PRI, luego diputado federal también por el mismo partido en dos ocasiones, coordinador de los legisladores priistas hidalguenses en San Lázaro, secretario general de la UAEH, rector de la UAEH, presidente del PRI estatal, precandidato a gobernador, presidente de la Fundación Hidalguense y en años recientes, presidente del Patronato Universitario de la UAEH, entre otros cargos.
Incluso llegó a ser presidente del Club Pachuca en 1979-1981, donde tuvo variadas anécdotas al frente del equipo. Años después, a la FEUH en 1986 se le acusó de iniciar los desmanes en una final de segunda división Pachuca-Cobras, serie que se vio ensombrecida por corrupción en el resultado, invasión de campo, destrozos y que dejó varios lesionados el incidente. En ese tiempo, Francisco Olvera era directivo del Club Pachuca, quien también integró las camarillas de Sosa.
A la par de su crecimiento como político, éste mismo se vio aparejado también como empresario, pues además de generar empresas universitarias, como un rancho de lácteos, una gasolinería, una comercializadora, un hotel, un centro de convenciones y un periódico de circulación estatal. Por cierto, el periódico que la universidad promovía en un principio era La Jornada, pero ha trascendido que por intervención de Granados Chapa, el acuerdo con este diario nacional se echó para atrás, por lo que fueron los propios trabajadores y desde la universidad que se conformó el diario El Independiente.
También de forma particular, a Sosa se le ubica como accionista de constructoras, desarrollos inmobiliarios, centros comerciales y de viviendas de interés social. Todo un holding, dirigido por su persona.
Los logros de Gerardo Sosa como rector de la UAEH
Así construyó su cacicazgo
A finales de los años ochenta, se dice que Sosa Castelán fue a estudiar al extranjero. Dicen los cercanos y personas ligadas a la educación privada de esa época, que al estar en el extranjero, Sosa advierte lo rezagada que se encontraba la UAH, sumergida en porrismo, vandalismo, con una pobre infraestructura circunscrita al campus central y a su edificio en Abasolo y con un bajísimo nivel educativo que la situaba entre las peores del país.
Sosa decide modificar el rumbo que llevaba la institución, asume el 3 de julio de 1991 la rectoría y cambia el nombre a UAEH y en ocho años comanda una notable transformación de esa casa de estudios, así como de su propia persona, dejando atrás la imagen de porro, e intentando darle otra perspectiva a la universidad pública de Hidalgo, al igual que a él mismo.
En ese tiempo, se acrecentó la infraestructura de la institución, comenzaron a disminuir los incidentes en los planteles, sobretodo en Prepa 1. Su rectorado buscó la formación de académicos con posgrado, como ya se mencionó, la generación de nueva infraestructura para docencia, investigación y extensión universitaria.
Empiezan las intervenciones a los viejos edificios universitarios, algunos son intervenidos o sustituidos por nuevos edificios, construye el Cevide intentando emular el estilo del museo de Bilbao, luego erige ICSA, que constituyó la escuela ancla para comenzar a formar universidades por el rumbo de Tilcuautla, a donde se trasladó la carrera de medicina. Posteriormente se edifica Icshu, luego las Torres, a donde se mudó la rectoría, se creó el Polideportivo y recientemente la torre y laboratorios de Prepa Uno.
En los municipios edifica nuevas preparatorias y nuevos campus de la UAEH con carreras que sólo se ofrecían en Pachuca. También añade la construcción del ICEA hasta La Concepción y suma como último referente la Torre de 17 pisos de Posgrado, en el campus universitario central.
Entre sus logros más notables, Sosa siempre ha destacado que la generación de las empresas universitarias, constituye un modelo exitoso dentro de la UAEH, pues su incremento y consolidación ha permitido generar recursos financieros alternos para la propia universidad, en épocas en que la mayoría de las instituciones de educación superior atraviesan por pronunciadas crisis financieras por falta de recursos. Sosa también siempre ponderó que las instituciones públicas pueden manejarse con eficiencia y rentabilidad, y no solamente las privadas, como se ha hecho pensar.
Justamente desde el gobierno del estado, se ha cuestionado por qué la UAEH es una universidad rica, financieramente hablando.
Manteniendo una especie de maximato en la UAEH a lo largo de 40 años, hace unos 10 años, Sosa Castelán tuvo un incidente que fue ampliamente ventilado en medios de comunicación, al echar de la universidad a los profesores Tania Meza, Pablo Vargas y Tonatiuh Herrera Gutiérrez, hermano del actual titular de la SHCP federal, quienes según por versión de los propios ex docentes, se opusieron a las prácticas de acarreo estudiantil, por lo que les quitaron sus plazas.
Sosa sustituyó las acciones violentas y de porrismo del pasado, por movilizaciones del estudiantado, a veces voluntarias, otras bajo coacción. La más recordada de sus movilizaciones estudiantiles de carácter pacífico pero bajo coerción, fue una ocurrida en la campaña de 1999, donde se obligó a los alumnos de la UAEH a concentrarse bajo acarreo en el Estadio Hidalgo para apoyar al candidato del PRI. Cuando apareció Sosa en la cancha, fue abucheado acremente por los más de 20 mil alumnos. En años más recientes, las manifestaciones estudiantiles han sido para demandar recursos a los gobiernos estatales para destinarlos a la UAEH y las últimas, con Sosa al frente pidiendo el desbloqueo de cuentas de la UAEH.
El día que Gerardo Sosa perdió a su hijo, Gerardo Sosa Cravioto
El año pasado, el 23 de febrero, Sosa Castelán perdió a su hijo Gerardo Sosa Cravioto, quien fue asesinado de cuatro disparos, cuando salía de un rancho propiedad de la familia, ubicado en Santa Ana Hueytlalpan, en el municipio de Acaxochitlán. El joven de 32 años, fue trasladado a la clínica Santa María, de Tulancingo, quien aparentemente aún con vida, todavía pudo dar referencias de sus agresores.
Al año del crimen, la procuraduría hidalguense detuvo a una persona, identificado como Fernando R.M., quien era trabajador de la familia y administrador del Rancho Yemila. Sin embargo, aunque la autoridad ha mencionado que tiene 102 testimonios de prueba, la familia del presunto homicida se ha manifestado en diferentes sitios y acudido a los medios, negando que F.R.M. sea el autor de este crimen.
El matrimonio de Gerardo Sosa por conveniencia
En un insistente asalto al poder, Sosa Castelán ha intentado ser gobernador, primeramente como integrante del PRI, ya que en 1998 y 2005 su nombre figuraba como aspirante a abanderar al tricolor, pero Manuel Ángel Núñez y Miguel Ángel Osorio le representaron mejores perfiles al PRI, pues a Sosa aún se le identificaba con su pasado en la FEUH.
No obstante, y a pesar de ser militante priista, desde la universidad, en tiempos recientes declinó a sus intenciones de ser gobernador. Incluso, en los últimos tiempos, en conferencias de prensa aseguraba que no tenía más la intención de postular a gobernador. No obstante, eso no fue impedimento para desde la universidad, impulsar candidatos afines a su grupo. El primer ensayo fue cuando intentó crear el Partido de la Sociedad Hidalguense, que no prosperó. Poco después, a Sosa se le vinculó con el extinto Partido Social Demócrata (PSD) donde comenzó a estructurar las Redes Ciudadanas, las cuales movilizó a Movimiento Ciudadano cuando el PSD perdió su registro.
Desde la UAEH, también impulsó candidaturas independientes, hasta que decidió integrarse al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), donde participó de la campaña del actual presidente de la república, de la cual el grupo que encabeza se benefició logrando diputaciones locales y federales, gracias al llamado efecto AMLO, con lo que lograron el control del Congreso local, que ha tenido fuertes diferencias con el actual gobierno estatal.
Se menciona que Sosa Castelán, tras una reunión celebrada con López Obrador en el Salón de Convenciones de la UAEH el 17 de febrero de 2018, el ahora presidente le solicitó que renunciara al PRI, lo que formalizó dos días después el 19 de febrero.
Qué piensan los universitarios de la detención de Gerardo Sosa
Entre profesores y universitarios se mantienen posiciones disímbolas. Algunos que pidieron el anonimato, señalaron que la detención de Gerardo Sosa podría no ser tan buena como se le ha pintado, porque desmantelar la estructura que creó dentro de la universidad, supondría una guerra de grupos políticos que intentarían adueñarse del control y principalmente los dineros de la universidad. O peor aún, suplir el cacicazgo que implantó al interior de la UAEH por otro.
De hecho, consideran que una situación de esa naturaleza, implicaría que la universidad retrocediera a los tiempos del corporativismo priista, pues son muchos en ese partido quienes ven al estudiantado como un botín político al cual recobrar y dejar en segundo plano la calidad educativa.
Algunos recordaron que en la visita de José Antonio Meade como candidato del PRI a la presidencia, uno de los oradores del evento, funcionario del gobierno estatal, al darse cuenta de que los estudiantes de las Politécnicas y Tecnológicas no eran suficientes para llenar el recinto del palenque ni que tampoco tienen el perfil que sí poseen los estudiantes de la UAEH, exhortó en su arenga a los universitarios de esa casa de estudios a sumarse a esa campaña, que finalmente fracasó.
El propio Alfredo Rivera Flores, en entrevistas a dos medios hidalguenses, consideró que se trata de un momento de cambio para la UAEH y pidió a docentes y alumnos evitar que otro cacicazgo se instaure en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. En esta tesitura, están otros profesores y alumnos, quienes ven con buenos ojos que culmine la era de Sosa Castelán al frente de la UAEH.