García Lorca es recreado y evocado a través del flamenco electrónico
Circo Sónico
Poema del Cante Jondo es un libro que el inmenso Federico García Lorca publicó en 1921, el mismo año en el que formaba parte del equipo organizador del Concurso de Cante Jondo, que se llevaría a cabo al año siguiente y que tenía como premisa preservar y promover los estilos tradicionales del flamenco, a los que consideraba afectados por un comercialismo desbordado.
Lorca colaboraba en tal tarea estrechamente con el famoso compositor Manuel de Falla y juntos lograron dar píe a un certamen que ya rebasa el centenario de celebrarse y que representa una paradoja en cuanto al disco que hoy nos ocupa, pues Tengo tres estrellas y veinte cruces, implica abonar para que el flamenco siga evolucionando y mezclándose con otras expresiones -algo que no haría muy felices a aquella pareja de tradicionalistas-.
Y es que la cantaora Ángeles Toledano; el productor y miembro de Rufus T. Firefly, Víctor Cabezuelo (piano, sintetizadores y bajo); la baterista de jazz Gloria Maurel y Javier Martín (programación y sintetizadores), creador del proyecto electrónico The Low Flying Panic Attack se han unido para adaptar y evocar a los textos que conforman el Poema del Cante Jondo a través de un disco que resultó inspiradísimo.
Tengo tres estrellas y veinte cruces es una obra bendecida por el duende flamenco en cada uno de sus 10 cortes y comienza con palmas y crujido de subgraves para acompañar a este torrente vocal de Ángeles mientras hacen “Balcón/Madrugada”.
Y seguimos con ese fluir del lamento y el quejío que se convierte en “serpientes amarillas enroscadas en su cabeza, soñando” en “Baile” y que antecede a “Clamor”, en el que la poesía aparece acompañada por un piano y una voz masculina, antes de que la cantaora cite a los Cuatro Muleros.
Tengo tres estrellas y veinte cruces, firmado simplemente por Ángeles, Víctor, Gloria &Javier, surgió por un encargo del Festival Internacional de Arte Sacro y fue estrenado en directo en la Sala Roja de los Teatros del Canal en Madrid, el 15 de marzo del pasado año, pero también decidieron que “Suspiro tierno (La soleá)” se convirtiera en el tema principal del debut cinematográfico de Mario Casas, Mi soledad tiene alas: “Yo tengo tres corazones/y a mí no me afligen penas,/yo tengo tres corazones:/y uno pa’ que vaya y venga/y otro pa’ que me aprisione/y otro pa’ que tú lo tengas”.
Hacia el cierre del álbum nos encontramos con tres verdaderas maravillas; comenzando por una pieza en la que las bases de sintetizador sirven para que Ángeles se dé vuelo: “Y el puñal entra en el corazón/como un rayo de sol…/No me lo claves/no me lo claves, no”. Luego viene “La muerte de la petenera”, que es toda amor y muerte recreada con una tesitura futurista. A continuación “Alba” subraya la libertad creativa con la que enfrentaron el proyecto, pues es instrumental y todo un delirio de sintetizadores… al final, el poeta es evocado por la música.
Tengo tres estrellas y veinte cruces viene a sumarse a un grupo tan ilustre de álbumes entre los que se encuentran Omega (1996) de Enrique Morente & Lagartija Nick; El mal querer (2018) de Rosalía; Clamor (2021) de Maria Arnal & Marcel Bages y Ultrabelleza (2023) de María José Llergo. En todos ellos existe el influjo de Federico García Lorca… quien, pensemos que aún y con su purismo, estaría complacido de la manera en la que el flamenco se proyecta hacía el futuro.
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