Febrero de metralla

Desde lo regional

Tomo de su sentida Oración del 9 de febrero la figura utilizada por Alfonso Reyes para dibujar el cruento ambiente donde su padre perdió la vida en un intento por tomar el Palacio Nacional durante la Decena Trágica, en 1913.   

Ciento once años transcurridos, en este febrero también los ánimos políticos están caldeados, preámbulo de las elecciones advertidas como las más complejas de nuestra historia, por sus condiciones y el número de cargos a elegir en los tres órdenes de gobierno.  

Si bien hay un escenario contaminado con preocupantes episodios de violencia, natural es la creciente confrontación político-ideológica en varios frentes con un impacto hacia las elecciones federales, presidencial y del Congreso de la Unión. 

Empezó la metralla de nuestro febrero con el mensaje proveniente de los vecinos del norte, dardo con el trabajo periodístico alimentado con investigaciones de la Drug Enforcement Administration, DEA, donde se afirma la contribución del narcotráfico a una de las campañas electorales del presidente mexicano. 

Tocada sensiblemente la figura presidencial, siguió una serie de episodios, incluida la declaración del gobierno norteamericano y el reto del mandatario al periodista Tim Golden a presentarse en México para aclarar públicamente su dicho. 

Por la salud de la República, el asunto no puede quedar en duda, por el contrario, debe ser suficientemente aclarado.  

De la Cámara de Diputados salió la metralla contra el ministro Alberto Pérez Dayán por haber resuelto con su voto de calidad como presidente de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la inconstitucionalidad de la reforma de 2021 a la Ley de la Industria Eléctrica por vulnerar los principios de competencia, libre concurrencia y desarrollo sustentable.  

Vino enseguida, en el marco de la tradicional celebración del aniversario constitucional, en Querétaro, esta vez sin la presencia del presidente de la República, un homenaje diferente a la Constitución de 1917, no solo por la inédita situación política, sino más por la diversa argumentación de los mensajes pronunciados. 

En voz del denostado ministro Pérez Dayán el Poder Judicial, particularmente la Suprema Corte, reiteró la trascendencia de sus facultades conforme al actual diseño constitucional; en tanto, la secretaria de Gobernación Luisa María Alcalde acentuó la visión del avasallamiento neoliberal en las reformas de los años recientes al texto vigente. Buen acto académico, me dijo el colega Carlos Matute. Metralla recíproca. 

Por la tarde de esa misma fecha histórica se produjo otra metralla de sustancia y simbolismos; desde entonces no hemos parado de hablar de ella: la presentación del conjunto de iniciativas de reformas constitucionales anunciada con antelación por el titular del Ejecutivo. 

Siguió, sigue y seguirá la cascada de aprobaciones y descalificaciones, análisis y elucubraciones, bondades, vicios y posibilidades de las propuestas presidenciales. Vale, en medio de la especulación y el prejuicio, la apertura de un debate profundo, bien argumentado, propositivo, superior a la mera coyuntura.  

Finalmente, metralla pura y dura en sus más de quinientas páginas, trae el reciente libro del presidente López Obrador, recuento importante desde donde se le vea, adelantada respuesta a la crítica inminente de su mandato.   

En distinta ruta queda la otra metralla de nuestro febrero, la criminal como aquella aludida por el doliente hijo del general Bernardo Reyes. La reseñada es la de la imaginación y la inteligencia.  Aquella solo merece nuestro rechazo.  

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