“Creo que algunos de mis contemporáneos se desencantaron y se volvieron cínicos sobre el estado de cosas. Y en parte lo entiendo, porque a veces el mundo parece un puto manicomio, y la tentación de apartarse es irresistible, de adentrarse en las sombras y bajar la cabeza mientras dure”.
Nick Cave tiene 67 años y es un músico tremendamente exitoso al que le encantan las canciones oscuras, las melodías elegiácas y el lenguaje poético influido por las imágenes religiosas. Pero también es un hombre sabio que se ha repuesto de la muerte de dos de sus hijos y que ha decidido compartir su conocimiento a través de un libro de conversaciones con el periodista y crítico musical británico Seán O’Hagan.
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El autor de discos tan tremendos como Murder Ballads, Put The Sky Away y Wild God -uno de los mejores de este 2024- ha dicho que las entrevistas concedidas a los medios ya le fastidian, por lo que ha decidido verter sus ideas en un volumen -editado por Sexto Piso en español- que surge de la cercanía y la confianza con alguien que antes que un profesional es un amigo cercano.
Fe, Esperanza y Carnicería (un título que retuerce las 3 virtudes teologales) es una obra fascinante para cualquier lector -haya o no escuchado la música de Nick Cave- y está repleto de conceptos y frases memorables: “creo, como regla general, que el elemento vital del arte es aquel que nos deja perplejos o desafía nuestra indignación. Pienso que el arte debe confrontar e incomodar…”.
O’Hagan le va recordando declaraciones pasadas, acontecimientos, pedazos de canciones y anécdotas varias para que el músico -que también es escritor y actor- se explaye a sus anchas y exponga la manera en que trata de entender al mundo y los secretos del arte de la composición.
“A menudo se nos hace creer que hacernos mayores es en sí mismo una especie de traición de nuestro yo más joven e idealista, pero a veces pienso que puede que sea justo lo contrario. Quizá a nuestro yo más joven le cuesta trabajo habitar su verdadero potencial porque no tiene idea cuál es”.
En el libro ocupa un sitio preponderante la figura de su esposa Susie -por quien se retiro de las drogas-, así como su tensa relación con ex colaboradores como Blixa Bargeld y Mick Harvey, hasta llegar a la magnífica complicidad con Warren Ellis, con quien trabaja en The Bad Seeds, además de firmar discos juntos y crear bandas sonoras para películas.
Para Nick Cave la música en directo se asemeja mucho a las ceremonias religiosas y él está convencido de que consigue cambiar vidas; realmente se le puede ver casi como un personaje bíblico que intenta entender a la muerte.
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Fe, Esperanza y Carnicería fue preparado durante más de un año y en sus paginas transpiran apuntes sobre el desarrollo musical, el duelo y el amor -que tarde o temprano tendría que aflorar-.
Se trata de una obra llena de lucidez y valentía que sirve como un faro existencial para cada uno de los lectores; Nick Cave conoce los intersticios de eso que llamamos vida: “Nadie puede controlar lo que le sucede, pero sí podemos elegir cómo reaccionar. Hay en ello cierto desafío de cara a la indiferencia del mundo y a su aparente crueldad casual”.
MHO