En Pachuca comienza la lucha por cada gota de agua
Quedarse sin agua en la capital hidalguense se ha convertido en una constante. “Sí llega un ratito, pero es un chorrito y ya”, expresa Tatiana López, madre de familia, quien habita en la colonia Piracantos.
Captar el ínfimo hilo del vital líquido, ya sea en la madrugada o en la noche para satisfacer las necesidades básicas es otra tarea en los hogares, que en su mayoría es realizada por jefas de familia, para quienes acceder al agua implica más que abrir una llave.
En algunas viviendas de Pachuca, los hogares no disponen de grandes depósitos -como cisternas- que puedan hacer la diferencia entre tener y no tener agua por varios días a la semana.
“Casi la mayoría tenemos un tambo y botes y de ahí vamos agarrando”, señala el ama de casa, quien además de rellenar sus contenedores debe asegurarse de taparlos para cuidar que el agua no se ensucie, y sea apta para el consumo.
Otras jefas de familia se disponen a utilizar un bote de banco para ver cuánta agua hay en el tinaco que está en la azotea de su casa, y recomendar a los miembros de la familia que reduzcan el número de minutos en la regadera o de segundos en el glifo.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), una persona requiere de 50 a 100 litros de agua al día (cinco o seis cubetas grandes) para satisfacer sus necesidades más básicas, para uso personal y doméstico.
Por otra parte, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) sugiere que el costo del agua no debería superar el 3 por ciento de los ingresos del hogar.
Surtirse de una pipa de agua con un particular, para una familia representa el desembolso de 850 pesos por descargar en tinaco o cisterna 8 mil litros de agua, informaron establecimientos.
Martha Luján, vecina de Cubitos quien desde hace meses dependió de la entrega de agua en pipas por parte del organismo operador, almacena el líquido en dos tinas que compró para lavar la ropa o echar al inodoro.
Desde que se agudizó el problema del agua, refiere que ella compra a la semana entre cuatro o cinco garrafones de agua para cocinar y que puedan beber ella, su esposo y tres hijos, cuyo costo es de 45 pesos por cada contenedor.
Cuando la presión del agua no llega al tinaco, y no puede lavar los trastes, opta por comprar vasos, platos y cucharas desechables, donde gasta más de 150 pesos en una semana.
De esta manera, varias familias padecen del recurso hídrico para cubrir las necesidades más básicas, hasta que caiga el “chorrito” de agua ya sea por la mañana tarde o noche, cada tercer día.
Hidalgo sufre alta demanda y sobreexplotación de mantos
Según la proyección del Instituto de Recursos Mundiales (WRI), Hidalgo en lo que se conoce como el Día Cero, (momento en que una ciudad se quedará sin agua), se encuentra en la séptima posición.
Actualmente la entidad hidalguense padece del llamado “estrés hídrico”, que es una condición que se presenta cuando la demanda de agua potable es más alta que la que dispone.
La sequía en gran parte del territorio, altas temperaturas, déficit de precipitaciones, lleva a una extracción de más agua de mantos acuíferos de la que naturalmente se podría recargar.
De acuerdo al informe sobre las cuencas y acuíferos del país para el ejercicio 2022, publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) tres acuíferos en Hidalgo se encuentran sobreexplotados.
El Valle de Tulancingo con un índice de disponibilidad (Idas) de -0.1284, sigue Huichapan Tecozautla -0.3950 y Cuautitlán Pachuca -0.5135, este último principal fuente de abastecimiento de la zona norte de la Ciudad de México.
Cabe señalar que, según datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) aproximadamente el 70 por ciento del agua que se utiliza en las ciudades, proviene de los mantos acuíferos.
Crisis de agua: asunto de seguridad nacional
Para David Robles Hernández, director de una empresa de filtros, la crisis de agua debe ser considerado un problema de seguridad nacional, porque el no tener acceso al líquido, que es un derecho humano, tiene graves consecuencias en el bienestar de la población.
“Lo principal es la falta de cultura del agua, tanto de las autoridades como de la población civil, respecto al cuidado y saneamiento”, opinó el ingeniero en entrevista con La Jornada Hidalgo.
El especialista advirtió que cada día será más caro el tratamiento del agua, “no solo me he involucrado en el tema de saneamiento, sino también en la idea de hacer vasos, represas, bordos, y desazolvar los que ya existen”.
Destacó como dato, que son 800 milímetros cúbicos por metro al año de lluvia, en un territorio agropecuario de más de 2 millones de hectáreas, “imagínense lo que podemos captar de agua”.
David Robles Hernández, quien hace 28 años inició la patente de un filtro para potabilizar el agua en escuelas, restaurantes, tortillerías, oficinas y hospitales, en varios estados del país, incluido Hidalgo, destaca que el mejor grifo que se puede tener es el subsuelo.
Una de las soluciones que plantea el especialista es la captación pluvial.
“La naturaleza nos da todo, pero debemos de tener cultura. De los mantos somos críticos, pero tenemos fugas de agua en nuestra casa, nos queremos meter media hora a bañarnos, lavar el carro con el chorro de manguera”.
En la colocación de filtros, constata que en plena crisis de agua nadie se ha preocupado por tener un círculo de captura de agua pluvial en los techos. “No conozco una escuela ni pública ni privada que tengan sistemas de filtración de agua, no existe”, aseguró.
En el caso de los hogares, explicó que “una casa que tiene una losa de 100 metros cuadrados, con un aguacero de media hora puede capturar entre 5 o 6 mil litros de agua en una cisterna”.
Advirtió que, la grave crisis de agua que hoy padece Monterrey, podría verse reflejada muy pronto no solo en Hidalgo, sino en todo el país, de no tomar las medidas para volver a capturar el agua.
Asimismo exhortó a que las empresas sean socialmente responsables, y que eso va más allá de que contribuyan arreglando una “canchita” en la comunidad, mejor dijo “que inviertan ese dinero en el tratamiento de sus propios desechos, en el saneamiento del agua”.
Huachicol de agua agrava el desabasto
Otro problema que también agrava el desabasto en colonias de la capital hidalguense, es el llamado huachicol de agua, que el organismo operador ha detectado a través de varios operativos.
“El robo del agua es un delito federal. Es como robar gasolina y petróleo, dicen que las próximas guerras van a ser por agua” advirtió el director general de la Comisión de Agua y Alcantarillado de Sistemas Intermunicipales (Caasim), Abraham Rublúo.
El robo de agua potable es una problemática que acontece en los 14 municipios que administra la Caasim y en la capital hidalguense es donde más se ha presentado este ilícito.
Lo anterior lo señaló el director del organismo ante los medios de comunicación, el pasado 28 de junio, cuando fueron clausuradas 50 tomas clandestinas en Pachuca en un operativo.
“Hay de todo tipo de sofisticación para robarse el agua, es un tema de malas prácticas que seguramente tiene varios años. El motivo por el cual lo hacen es derivado de que antes había mucha agua y no había un control de quien se la robaba y quien no”.
Indicó que hay un aproximado de 150 mil tomas en 14 municipios donde probablemente se roban el agua, y que si no existieran, a parte de las 250 mil tomas que sí tienen un contrato de agua, no se tendría el problema de desabasto.
Abraham Rublúo detalló que 2 millones de litros de agua se roban al día, sin poder precisar una cifra de pérdidas económicas.
Asimismo informó que 47 mil 500 tomas han sido clausuradas en un periodo de dos años, aunque dijo que no hay una cuantificación como tal porque muchas de ellas se vuelven a conectar de manera ilegal.
PARA TENER EN CUENTA
- Una persona requiere de 50 a 100 litros de agua al día (5 o 6 cubetas grandes) para satisfacer sus necesidades más básicas: OMS.
- El agua virtual es la cantidad de agua necesaria para crear determinado producto.
- En la producción de una hamburguesa se requieren 2 mil 400 litros de agua
- Al comer una hamburguesa, se consume el requerimiento diario de 24 personas.
- De continuar el ritmo de consumo actual, en 2030 faltará un 40% del líquido que necesita el planeta para subsistir: ONU