El Problema es la Percepción
Sin Protocolo
En los últimos meses, la percepción de seguridad entre los habitantes de Hidalgo ha cambiado significativamente. Las conversaciones en redes sociales y en espacios públicos reflejan una creciente inquietud sobre la seguridad en la entidad, lo que ha provocado que muchas personas se sientan más vulnerables, independientemente de los avances logrados por el gobierno estatal.
A pesar de los éxitos en la detención de funcionarios y alcaldes involucrados en la «Estafa Siniestra» y en el combate a las bandas dedicadas al robo de combustible (huachicol), la percepción de inseguridad ha aumentado. Este fenómeno no siempre está alineado con la realidad, pero sí tiene un impacto profundo en la tranquilidad y calidad de vida de los ciudadanos.
Recientes acontecimientos a nivel nacional y local han alimentado esta percepción negativa. El asesinato del alcalde de Chilpancingo y la violenta reacción de los grupos del narcotráfico, así como el descubrimiento de una fosa clandestina y el trágico asesinato de tres mujeres en el jagüey de Téllez, en Zempoala, han hecho que muchas personas perciban que Hidalgo se está volviendo un lugar menos seguro.
El gobierno estatal enfrenta ahora el reto de mejorar la percepción ciudadana sobre la seguridad. Es fundamental que no solo se enfoquen en acciones operativas, sino que también desarrollen una estrategia de comunicación eficaz para transmitir los avances y logros obtenidos. Esto permitiría que los ciudadanos puedan evaluar si su percepción corresponde con la realidad, especialmente cuando muchos de ellos no han sido víctimas de un delito en años.
Es importante recordar que la historia de Hidalgo no ha estado exenta de episodios de violencia. En sexenios anteriores se vivieron eventos graves, como el asesinato de un secretario de seguridad, ataques a cuarteles de policía, y el hallazgo de cuerpos en tiros de mina durante la época en que los Zetas operaban en la región. Sin embargo, la memoria colectiva tiende a difuminar estos episodios pasados, acentuando la percepción de que el presente es más inseguro.
El gobierno estatal debe reforzar sus estrategias, tanto en comunicación como en operativos de seguridad, para devolver la confianza a los hidalguenses. La clave no solo está en combatir el crimen, sino también en que las personas se sientan seguras al caminar por las calles de sus municipios.
La percepción puede ser engañosa, pero su impacto es real. Lograr que los ciudadanos se sientan protegidos es tan importante como los resultados operativos en sí. De esta manera, Hidalgo podrá avanzar hacia un futuro más seguro y próspero para todos sus habitantes.