El Panteón inglés sigue vivo, con historias y leyendas
Leyendas de amor, del Payaso Bell y hasta de una enfermera, pululan en el Panteón inglés, de Real del Monte, y que resguarda los restos de quienes llegaron desde Cornwall, Inglaterra a trabajar las minas y que, por enfermedad o accidente, yacen en este camposanto.
Pero son sólo leyendas, de las historias que se crean ante su magia y esplendor que muestra ante quien lo visita. La verdadera historia es que el Payaso Bell murió y está enterrado en Nueva York en 1911 y el que se encuentra en Real del Monte, es un homónimo de quien muriera en 1875.
Pero el Panteón inglés no requiere de leyendas para que lo hagan más atractivo, puesto que sus propias características lo hacen único en Hidalgo, en México.
De entre las tumbas más antiguas con inscripción, que se encuentran en el centro del cementerio, es la del doctor Roberto Tindall, en 1834 y otra de 1837, John Chynoweth, originarios del Reino Unido.
El Panteón inglés de Real del Monte se observa hacia uno de los cerros más altos del Pueblo Mágico y se caracteriza por los altos y gallardos árboles que tienen más de cuarenta años. Ésta es la única característica que no es similar a los panteones de Cornwall.
Los epitafios en inglés se pueden leer en gran parte de las lápidas de muchos de los trabajadores británicos de las minas, y en varios casos, sus familias. Son frases que evocan a la muerte y otros son fragmentos de poesía.
Uno de los epitafios es el que se inscribió en la lápida de la tumba de “Thomas, querido hijo de John y Elizabeth Gundry, quien murió en la mina de Santa Gertrudis, Pachuca, el martes 22 de abril 1902, a los 21 años:
“Una preciosa voz de nosotros se ha ido;
Una voz que amamos se ha callado;
Un lugar está vacante en nuestro hogar,
Que nunca podrá ser llenado”.
Otro de los epitafios, también traducido del inglés, es:
En memoria de Isaac Prout, quien fue asesinado en el camino de Real del Monte a Pachuca el 31 de julio de 1864, a los 31 años.
“Ellos debilitaron mi fuerza en la medida en que acortaron mis días” Salmos 102 v. 25.
Son testimonios que muestran la dedicación de los primeros cornish, originarios de Cornwall, Inglaterra, a quienes murieran lejos de casa y que construyeran los sepulcros a la usanza de su pueblo nativo.
El Panteón inglés sigue vivo, de sus alrededor de 800 tumbas, son visitadas cada vez más tanto por lugareños, habitantes de Hidalgo y de otras partes del país, e incluso del mundo.
Fue nombrado Patrimonio de la Humanidad asociado a Cornwall, Inglaterra en 2013, por ser uno de los sitios en el que se encuentran los restos de mineros y trabajadores de las minas que llegaron a laborar desde 1824.
Inocencio Hernández, conocido como Don Chencho veló por el cementerio por más de cuarenta años, su hija Carmen lo releva desde 2010, luego de la muerte de su padre.
El Panteón inglés, símbolo de la fusión de culturas, la británica-cornish y la realmontense-hidalguense.