El mal menor
Rebeliones
Lo ocurrido con el Río Tula, es una muestra más de lo podrido que se encuentra el sistema político mexicano en la administración de los recursos públicos desde los diferentes órdenes de gobierno, y es que los dimes y diretes entre Laura Velázquez, Coordinadora Nacional de Protección Civil, y Zoé Robledo, Director General del Instituto Mexicano del Seguro Social, dejan entrever la dinámica fallida de comunicación y lo que es peor, el manejo de la crisis, con los lamentables decesos de 15 personas que se encontraban conectados a respiradores artificiales en el Hospital No. Cinco del municipio tolteca.
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Por otro lado, la ciudadanía se cuestiona ¿Cómo es la operación del complejo sistema de drenaje profundo?, ¿Cuáles fueron las consideraciones para tomar la decisión de la apertura de las compuertas para el desfogue de agua de más de 300 metros cúbicos por segundo?, como lo planteo José Luis Luege Tamargo (extitular de la CONAGUA) “debe auditarse esta toma de decisiones, ya que puede ser el factor principal que ocasiono las fuertes inundaciones registradas en EdoMex y en Hidalgo”, esto en consideración de que se cuentan con registros previos de pronósticos, volúmenes de escurrimientos y capacidad de conducción, que son las principales variables que se manejan bajo algoritmos, que generan a su vez la información técnica, y no la ocurrencia.
Se sabe desde hace años que el desfogue de los túneles “Emisor Central” y “Emisor Oriente” radica entre 250 y 300 metros cúbicos por segundo, por lo tanto, la narrativa buscar “el mal menor” es una realidad, y que probablemente siga ocurriendo, considerando el factor del “Cambio Climático”, por lo pronto la ciudad de los atlantes, Tlahuelilpán, Ixmiquilpán y demás demarcaciones del Valle de Mezquital son una zona de desastre.
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El día miércoles se esperaba otra creciente que volvería a impactar de forma holocaustica, sin embargo, gracias al tráfico de “alertas de evacuación” en las redes socio digítales (benditas redes) y a la estratégica dinámica del gobernador de apersonarse con un grupo de presidentes municipales en la “zona cero, es como pudo contenerse “mediáticamente” la apertura de la presa “danxhó” que se ubica en el municipio mexiquense de Jitotepec.