El Berna, fin de una era
Agujeros negros
Al fallecer este 20 de noviembre Bernabé Cruz Flores desapareció el último actor de una era histórica de la Huasteca de Hidalgo, que bañó de sangre la Huasteca al resistirse caciques y terratenientes a la recuperación de tierras por sus dueños originales surgiendo el movimiento indígena independiente que fue la lucha agraria postrevolucionaria más importante en el Siglo XX.
Originario de Los Otates, El Berna fue un personaje singular que, de tocar instrumentos de viento en una banda de adolescente, se convirtió en un dirigente indígena que participó e influyó en la transformación de la Huasteca a pesar de ser cuestionado por aceptar ser presidente municipal, diputado local y coordinador regional vía Partido Revolucionario Institucional (PRI).
La convulsión social en la Huasteca encontró equilibrios con el reparto agrario y el nacimiento de la Unión Regional de Ejidos y Comunidades de la Huasteca Hidalguense (URECHH) a principios de los ochentas ante la actividad de la Organización Independiente de Pueblos Unidos de la Huasteca (OIPUH) y otros grupos semi clandestinos, cuyo origen fue la Matanza de los Nicolases el 14 de mayo de 1977.
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Esto provocó la creación de Guardias Blancas y la militarización registrándose el asesinato de líderes como Pedro Beltrán, Humberta Hernández entre otros además de masacres en Tzacuala y Chinguiñoso sometiendo a la población a la represión en medio de la explotación, marginación y pobreza, esta última prevaleciente en la región.
La URECHH fue creada por el grupo político Troyanos de corte troskista de Raúl Salinas que “importó” de Guerrero a Anacleto Ramos Ramírez que con su hermano José Isabel fueron acusados de traicionar al guerrillero Lucio Cabañas; quien reunió a lideres naturales que no simpatizaban con la OIPUH ni con la Confederación Nacional Campesina (CNC).
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Incorporaron a Benito y Margarito Hernández Hernández de La Corrala y Bernabé Cruz Flores de Los Otates como dirigentes visibles, lo que permitió dirimir pacíficamente conflictos agrarios, que normalmente terminaban en enfrentamientos, que se diluyeron con la introducción de la educación media superior y superior por el gobierno de Jesús Murillo quien consideraba a Bernabé Cruz, un superviviente.
Porque el 11 de octubre de 1983, fue asesinado Benito Hernández y el 16 de diciembre de 1986 Anacleto Ramos, homicidios nunca aclarados y él, el compadre de Raúl Salinas que de acuerdo al testimonio de Cuauhtémoc Granados en esa época Ministerio Público en Huejutla, le llamaba y tenían que ir a buscarlo a Los Otates, logró cargos de elección popular.