Columna de Jorge G. Correa

Jorge González Correa / Sin Protocolo

Cuando salir de la pobreza no debe ser una excepción

SIN PROTOCOLO

Jorge G. Correa
Agosto 19, 2025

Durante décadas, Hidalgo se mantuvo entre los estados con mayores niveles de pobreza. Una realidad que parecía inamovible y que condicionaba la vida de cientos de miles de familias. Hoy, sin embargo, los datos comienzan a contar otra historia: más de 150 mil hidalguenses han salido de la pobreza en los últimos años. Y esto no es casualidad.

El avance se debe, en gran parte, a decisiones federales de política económica y social: el aumento al salario mínimo, la expansión de los programas sociales universales y la generación de fuentes de ingreso más estables para sectores históricamente marginados. En una entidad donde la movilidad social era prácticamente inexistente, esto representa un cambio estructural.

Pero no siempre fue así. En el pasado, un gobernador priista intentó sacar a Hidalgo de las estadísticas de pobreza, no mediante desarrollo, sino manipulando los datos. Quería que el estado dejara de figurar como pobre para mejorar su imagen, pero lo único que logró fue la pérdida de recursos federales que eran vitales. Al año siguiente, Hidalgo volvió al listado, pero ya con recortes encima.

Hoy, el gobierno de la 4T ha hecho lo contrario: en lugar de maquillar cifras, reconoció el rezago para poder combatirlo. Este enfoque, más humano y realista, ha permitido que el estado acceda a fondos, apoyos y obras que sí benefician a los que menos tienen. Y eso se tiene que reconocer.

Sin embargo, estos avances corren el riesgo de ser temporales si no se concretan los compromisos pendientes: inversión empresarial en el sur del estado, tecnificación del campo en el Valle del Mezquital, y un modelo económico que no dependa exclusivamente de transferencias sociales.

Si la transformación no llega también a la infraestructura productiva, a la educación técnica y al desarrollo industrial, entonces lo que hoy parece avance puede convertirse en espejismo.

Hidalgo merece un desarrollo sostenido, no una pausa estadística en la pobreza.

mho