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Conoce la historia de Aline, una emprendedora hidalguense

La cultura del vino natural en México “ha crecido de manera impresionante”

Conoce la historia de Aline, una emprendedora hidalguense

Originaria de Vito, Atotonilco de Tula, Aline narró que su pasión por el vino nació durante su estancia en Francia, donde realizó estudios de posgrado en logística y gestión marítima.

Jorge Romero
Febrero 10, 2025

Aline Monterrubio, emprendedora hidalguense y fundadora de La Cava de Jean, una distribuidora de vinos en México compartió en entrevista cómo decidió arriesgarse para estudiar un posgrado en el extranjero y después cómo dio el paso para fundar su propia empresa especializada en la importación de vinos de pequeños productores.  

Su pasión por el vino nació durante su estancia en Francia, donde realizó estudios de posgrado en logística y gestión marítima. A través de esfuerzo y dedicación, logró establecer un negocio exitoso en un mercado competitivo, demostrando que el conocimiento, la perseverancia y el gusto por el vino pueden abrir nuevas oportunidades. 

La Jornada Hidalgo: Cuéntame, ¿cómo llegaste a dedicarte a la distribución de vinos en México? ¿Cuáles fueron tus antecedentes? 

Aline Monterrubio: Bueno, todo comenzó cuando empecé a trabajar con una empresa francesa en Hidalgo, cerca de mi pueblo. Luego decidí estudiar en Francia, en la ciudad de Marsella, donde cursé una maestría en Gestión Marítima y Logística del Transporte Internacional. Durante mis prácticas profesionales, me quedé a trabajar en una empresa de transporte durante seis años, y fue en ese tiempo que desarrollé un gran interés por el mundo del vino. 

-Entonces, ¿el gusto por el vino nació en Francia? 

–Sí, definitivamente. Francia es un país donde el vino es parte de la cultura cotidiana, y estando allá fui explorando diferentes regiones y variedades. Mi esposo es originario de Alsacia, otra región vinícola importante, y con el tiempo me fui involucrando más en este mundo. 

– ¿Cómo surge la idea de traer vinos a México? 

– Cuando nos casamos en Francia y después en México, nuestros amigos quedaron encantados con los vinos espumosos que ofrecimos. Muchos nos decían: “¿Por qué no traen estos vinos a México?”. Nos dimos cuenta de que había una oportunidad en el mercado. Durante unas vacaciones, hicimos un viaje a Champagne para visitar productores y encontrar un socio adecuado. Algunos no creyeron en nuestro proyecto, otros no tenían stock disponible, pero finalmente encontramos un productor dispuesto a trabajar con nosotros. 

– ¿Cuáles fueron los principales retos al iniciar el negocio? 

– Al principio queríamos vender a distancia, pero en 2012 la logística para ventas online en México aún era complicada. En 2014, mi esposo fue trasladado a México por su trabajo, lo que nos permitió concretar la idea. Durante cinco años, me encargué de todo: contabilidad, contacto con productores, posicionamiento de marca y distribución. Comenzamos con un pequeño stock en nuestra casa, y poco a poco fuimos construyendo nuestra red en el mercado. 

– ¿Cómo lograste expandirte en un mercado tan competitivo? 

– Apostamos por los restaurantes de alta gama, donde sabíamos que podíamos posicionarnos. Sin contactos en la industria, fue un trabajo arduo de tocar puertas y demostrar la calidad de nuestros productos. En 2019 dimos un giro importante enfocándonos en vinos de pequeños productores con filosofía de baja intervención. Con el tiempo, desarrollé un criterio más refinado sobre los vinos que quería representar. 

– Desde tu experiencia, ¿México es un buen país para este negocio? 

– Sin duda. El mercado mexicano es curioso y abierto a probar nuevas propuestas. Hace algunos años, la cultura del vino natural era casi inexistente, pero ha crecido de manera impresionante. La gente está dispuesta a pagar por productos que perciben como innovadores o benéficos para el medio ambiente. 

– Finalmente, ¿qué consejos darías a alguien que quiera emprender en esta industria? 

– Hay que tener pasión, paciencia y mucho trabajo. Construir relaciones en la industria es clave. Además, es fundamental conocer bien el producto y estar dispuesto a aprender constantemente. 

MHO

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