¡Clases no, conciertos sí!
Letras Minadas
A casi dos años de iniciada la pandemia por Covid-19, los mexicanos seguimos aún en proceso de adaptación a la “nueva normalidad”; atrás quedaron las efusivas y tradicionales maneras de saludarse o convivir con amigos y familiares, aunado al adoptado método virtual para desarrollar actividades académicas y laborales.
Sin embargo, quienes más han sufrido los estragos de esta pandemia son las niñas, niños y adolescentes, ya que, de acuerdo con cifras oficiales, durante esta contingencia sanitaria aumentó 24 % la violencia familiar.
Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración del gobierno de México presentó un estudio detallando que en el primer semestre de 2021 se registraron 129 mil 20 carpetas de investigación por violencia familiar, lo que representó un aumento del 24 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior.
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El mismo documento reveló que el 75.7 por ciento de las lesiones por violencia ocurrieron en el hogar.
Si a esto le sumamos que los menores han tenido que dejar de convivir con sus amigos, que su aprendizaje y desarrollo no ha sido el mismo al pasar tantas horas pegados a una pantalla, y todavía tienen que cargar con la irresponsabilidad de las autoridades sanitarias.
Como el caso de Copriseh y las dependencias involucradas en la aprobación de eventos como conciertos musicales, que hoy se anuncian con bombo y platillo por toda la zona conurbada.
Por ejemplo, el concierto programado para el viernes 15 de octubre en la Plaza de Toros Vicente Segura, y que por disposiciones sanitarias solo deberá contar con el 40% de aforo, lo que significa que entrarán unas 4 mil personas, es decir, muchas, pero muchas más de la cantidad de niños que acuden a una escuela.
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El año pasado la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) indicó que México es de los países con mayor densidad de estudiantes por aula. En promedio, hay 25 alumnos en cada grupo de educación primaria y 27 en secundaria; las medias de la región son 21 y 23, respectivamente.
Por ello, aún y cuando los menores se queden en casa a seguir con sus clases de manera virtual para evitar contagios, corren el riesgo de ser infectados por sus padres o familiares quienes acudirán a estos eventos promovidos y autorizados por las autoridades de salud en el estado de Hidalgo.
Un doble discurso que se repite en los diferentes niveles de gobierno.
@AlexGalvezQ