El fallecimiento de Sara Millerey González Borja, mujer trans de 32 años, generó profunda preocupación entre organizaciones de derechos humanos en Colombia y en varios países.
El pasado 4 de abril, Sara fue agredida en el barrio Playa Rica, en el municipio de Bello, Antioquia en Colombia. Tras ser auxiliada por vecinos y autoridades, fue trasladada a un hospital de Medellín, donde lamentablemente perdió la vida a causa de las lesiones.
Colectivos LGBTIQ+ y defensores de derechos humanos han solicitado a las autoridades una investigación rigurosa y con enfoque diferencial para esclarecer los hechos, y que se garantice el acceso a la justicia en condiciones de igualdad.
Este caso ha sido visibilizado como parte de una problemática estructural que enfrenta la población trans en Colombia. La Defensoría del Pueblo reportó un incremento del 29.6 % en los casos de violencia contra personas trans durante 2024, lo que ha llevado a reforzar el llamado a políticas públicas que aseguren entornos seguros y libres de discriminación.
Organizaciones subrayan la necesidad de atender estos casos desde un enfoque de derechos humanos, no solo para sancionar a los responsables, sino para prevenir que hechos similares se repitan.
Integrantes de colectivos de la comunidad LGBTIQ+ de Medellín señalaron:
“La memoria de Sara debe convertirse en una oportunidad para construir una sociedad más justa, donde nadie sea violentado por su identidad”.