La cosa no es muy complicada: este es un disco de verdadera música country y también un homenaje a Nashville -la capital del género-. Y en el centro tiene a la relación entre Bonnie Prince Billy y el productor David “Ferg” Ferguson, a quien conoció siendo el ingeniero de sonido durante la sesión en la que Johnny Cash –El hombre de negro– grababa su versión de “I See A Darkness”, compuesta por nuestro crooner brumoso.
Con una anécdota tan tremenda de por medio surgió una amistad que pasa por la actuación de “Ferg” con una banda de covers durante la boda de Will Oldham -nombre de pila de Bonnie. Ferguson es un colaborador de figuras de luestre como John Prine y Dan Auerbach, por lo que podía imprimir otra pátina a la música de Prince Billy y así lo hicieron, para después tributar un homenaje al legado musical emanado de aquella ciudad de Tennessee.
Para acometer sobre The Purple Bird, el productor recibió el encargo de armar una banda con los mejores músicos de estudio que se pudiera conseguir en la localidad y así poder sacarles el mejor provecho para poner al country por delante.
Y es así como arranca con una de las mejores canciones de su prolongada carrera: “Turned To Dust (Rolling On)”, en la que la voz surge más prístina que nunca conduciendo un conjunto entero que fue grabado con la mayor calidad y claridad posible… aquí no hay nada de low-fi, todo es lo más profesional y ello ayuda a resaltar la calidad compositiva.
Bonnie Prince Billy es alguien con muchísimo rodaje, pensemos en que lleva más de 30 discos a cuestas alrededor de una carrera que comenzó como solista en 1993, y en la que hay mucho material de folk oscuro y taciturno. Al momento, la polaridad emocional es distinta, pues la experiencia del amor en pareja le ha llevado a explorar otros ámbitos temáticos… no necesariamente azotados por el dolor, todo lo contrario.
A la postre entrega una docena de canciones por las que hay una desfile de instrumentos propios del country: mandolinas, banjos, alguna arpa más tablas de lavar y pedal steel guitars; todo suena muy orgánico y vintage a través de bellezas como “London May” y “Boise, Idaho”, en la que suelta: “Nadie sabe realmente cuál es la mejor forma de vivir la vida/ Tiene que haber una forma mejor de cómo yo estoy viviendo la mía”.
Para redondear con las canciones recomendadas habrá que mencionar a “Tonight With The Dogs I’m Sleeping”, que es conducida por un estupendo banjo, antes que en su parte media aparezca un coro femenenino y cierre con una magnífica intervención del violín.
Este “Pájaro morado” que ha creado Bonnie Prince Billy es uno que lo pone a la altura de gente como Gram Parsons y Emmylou Harris, al tiempo que le permite aprovechar todo lo reflexivo que siempre ha sido… es por ello que podemos cerrar con una fragmento de “Turned To Dust, que es su canción de apertura: “Turned to dust / In God we trust / We’re rolling on”,
No se diga más… aquí hay espiritualidad -compartida e individual-… una conexión con el mundo entero a través de unas exquisitas composiciones country.