Bertha Islas es el corazón de La Pantera Rosa

35 años como cantinera

Con 35 años de experiencia siendo cantinera, Bertha Islas Vázquez, de 64 años, mantiene una actitud triunfadora y vivaracha al frente de la cantina La Pantera Rosa, ubicada en la calle Bugambilia 501, en el barrio El Lobo, en Pachuca.

Cuenta que antes su papá, Damián Islas Ortega, vendía pulque. Conducía una pequeña camioneta y lo repartía en diferentes cantinas.

“Nosotros de chavitos le ayudábamos a trabajar. Repartíamos neutle por todos lados. Así conocí varios bares por lo mismo de ayudar a mi padre a repartir”,

recordó.

Inició vendiendo pulque en el patio, aunque no tardó que el negocio comenzara a crecer y que se hiciera de buena fama y clientela.

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“Nuestro permiso de venta ya es antiguo. Lo compré en 1992, aunque este permiso inició en la cantina El Toro, cantina qua ya no existe”.

Foto: Carlos Sevilla

Reconoce que se dio cuenta de que el negocio sí dejaba, además de que le gustaba escuchar a la clientela.

“También me gusta despachar y luego nos cuentan cada historia que se te va el tiempo rapidísimo. Te diviertes”.

Su mamá, Anastasia Vázquez, fue dueña de la cantina Los Laureles, en la calle Pedro Escobedo, en Pachuca, aunque en ese tiempo no lo atendía por ser mujer, era muy mal visto.

“Se casó con mi papá, quien también fue cantinero del establecimiento conocido como Adentro los charros, el cual ya no existe”.

Confiesa que al principio sí era muy difícil atender La Pantera Rosa siendo mujer.

“Venían los hombres y veían a damas atendiendo y se molestaban, pero hay que saberse dar su lugar, ganarse el respeto y exigirlo. Ahora nuestros clientes son de años, hijos de los parroquianos que tuve hace algunos abriles. Ha sido difícil pero bonito. Es un trabajo rudo, aparentemente solo para varones, pero ya vieron que nosotras las señoras también podemos”.

Su hija, Diana Cortez, le ayuda en el negocio. “Le insisto que le eche muchas ganas, ya que algún día ya no estaré aquí, pero me tranquiliza que le gusta este oficio. También tengo un hijo que nos ayuda, pero la mayor parte del tiempo estamos nosotras”.

Ahora, en pandemia, advierten que poco a poco se compone la situación. No mucho, pero al menos ya a diario, cuenta, tienen mínimo tres clientes, porque hubo días en que no hubo nada.

Foto: Carlos Sevilla

“Además, nosotras teníamos miedo de contagiarnos. Igual ha sido complicado con los clientes que no se dejan aplicar gel sanitizante, que no usan cubrebocas, piensan que los voy a embrujar. No me contagié de Covid-19 y ya tengo mis tres vacunas”.

Ha tenido clientes que se han sentido muy mal de resaca por la fiesta del día anterior y en cualquier momento les ayuda con un remedio casero, un té, el cual es la receta de la casa.

“Así también si tienen hambre y me piden un chilito con huevo o unos bistecitos claro que se los preparo. Hago para consumo propio, pero la verdad es que de ahí comemos, somos como una familia, procuramos que el sol brille para todos”. 

Con una puertecita seguida de un pasillito muy discreto, la cantina trabaja de 10 de la mañana a 12 de la noche, todos los días, de lunes a domingo, “excepto que un día tomemos vacaciones, pero la verdad es que es algo muy raro”.

Ofrece micheladas, sangrías, Tom Collins, conejos y medias de seda, entre otras bebidas.

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“Antes vendíamos mucho pulque, pero cuando mi papá se enfermó ya no pudimos sugerir el mismo. En ese momento dejé de ofrecerlo, pero quizá si algún día encuentro un buen vendedor de pulque lo despacharé nuevamente, ya que sí lo piden”.

Bertha, quien comparte que La Pantera Rosa se llama así porque es el nombre de su caricatura favorita, aprovecha la oportunidad para invitar a la clientela.

“Vengan a disfrutar de un buen rato con nosotros, olvídense de los problemas económicos, laborales, familiares y pasen un rato agradable en La Pantera Rosa. Ahora, por pandemia, no podemos echar cubilete ni dominó, pero seguro pasarán un excelente rato”.

«Vengan a disfrutar de un buen rato con nosotros, olvídense de los problemas económicos, laborales, familiares y pasen un rato agradable»

Bertha Islas Vázquez
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Carlos Sevilla Suárez

Fotógrafo desde pequeño y reportero gráfico desde hace 15 años. Cocinero y rockero de corazón.