Elecciones más allá del caso mexicano

Elecciones más allá del caso mexicano

En las últimas décadas, la representación política de grupos históricamente excluidos ha ganado terreno en diversos sistemas parlamentarios del mundo.

Redacción
Mayo 14, 2025

En las últimas décadas, la representación política de grupos históricamente excluidos ha ganado terreno en diversos sistemas parlamentarios del mundo. Candidaturas indígenas, afrodescendientes, con discapacidad, de mujeres, y de la diversidad sexual han comenzado a ocupar espacios, gracias a legislaciones de paridad, acciones afirmativas o bien por la presión social que ha permeado las estructuras partidistas. Sin embargo, los avances son dispares y revelan tanto buenas prácticas como agendas urgentes.

América Latina ha sido pionera en muchos aspectos. México, por ejemplo, logró una integración paritaria en la Cámara de Diputados (50%) y avances notables en la inclusión de personas indígenas (7.4%), afrodescendientes, con discapacidad y LGBT+, gracias a acciones afirmativas implementadas en las elecciones de 2021 y 2024. Bolivia garantiza escaños para pueblos indígenas, mientras Argentina mantiene una representación femenina superior al 42% como resultado de su ley de paridad. Colombia ha reservado curules para comunidades étnicas, pero aún presenta cifras bajas en representación de género (28.9%) y otros grupos.

En 2021 y 2022 el TEPJF de México ordenó al INE emitir acciones afirmativas y llamó al Congreso a subsanar omisiones, evitar la discrecionalidad y legislar de forma permanente cuotas para población LGBT+, Afromexicanos, Indígenas y personas con discapacidad, dotándolas de certeza, continuidad y progresividad.

Más allá de nuestra región, Nepal representa uno de los casos paradigmáticos: su Constitución establece cuotas inclusivas para mujeres, Dalits (castas históricamente discriminadas), pueblos indígenas y personas con discapacidad. En su Cámara baja, las mujeres ocupan el 33.5% y los pueblos indígenas el 15.3%. Ruanda, por su parte, sigue siendo el país con más mujeres en el Parlamento (63.8% Cámara de Diputados), gracias a un sistema que reserva escaños para mujeres y sectores vulnerables.

Europa también ha adoptado mecanismos de inclusión. Croacia reserva ocho escaños para minorías étnicas; Eslovenia garantiza la representación de italianos y húngaros; y Rumanía permite la representación parlamentaria de comunidades minoritarias sin necesidad de cumplir el umbral electoral. Aunque otros países no contemplan cuotas, algunos han logrado resultados destacables. En el Reino Unido, el 7% de los parlamentarios de la Cámara de los Comunes se identifican como LGBT+, mientras que en España las mujeres ocupan el 44% del Congreso.

También, existen casos donde, sin cuotas se ha alcanzado una representatividad notable. En Cuba, el 55.7% del parlamento está conformado por mujeres. Nueva Zelanda, en 2020, eligió el parlamento más diverso de su historia con un 10% de miembros LGBT+.

Estos ejemplos muestran que la inclusión no depende exclusivamente de las cuotas, aunque éstas son herramientas fundamentales para corregir desigualdades estructurales. La clave radica en combinar reformas legales, voluntad política y transformación cultural para que la diversidad social se refleje en los espacios donde se toman las decisiones colectivas, y así, su visión permee las leyes que nos rigen.

Mientras algunos países avanzan, otros deben acelerar el paso para que nadie quede fuera del juego democrático.

Por: Eduardo Quezada Jaramillo