No hay un día en este país que por medio de redes sociales, estemos pidiendo justicia por una adolescente, niña o mujer víctima de la violencia feminicida o de quienes hacemos acompañamiento a casos que no recibamos una llamada al día sobre asesoría o para exigir justicia de distintos casos sobre violencia(s).
¿Qué clase de país estamos viviendo donde las adolescentes cargan el ataúd de una de sus compañeras? ¿Qué clase de país es este que a una madre le entregan los restos de su hija desparecida en una bolsa de plástico negras? ¿Qué país es este donde el abuso policíaco cometido contra una mujer migrante acaba con su vida en la vía pública? Y así, día tras día trasciendo en los medios de comunicación imágenes tan dolorosas como indignantes, las cuales menciono han pasado en distintos estados del país: Estado de México, Veracruz y Quintana Roo, gobernados además por distintos partidos políticos, las más “representativas” de nuestro país, el PRI, MORENA y en el caso de Quintana Roo una alianza entre PAN/PRD, es decir, hasta ahora NINGÚN partido política ha querido o podido erradicar la violencia contra las mujeres, no ha sido su prioridad pero cuando están en campaña política hacen promesas sobre todo a las electoras.
Está arrancando este 4 de abril las campañas en Hidalgo, así como en otros muchos lugares del país, en donde hasta el momento no he encontrado en las propuestas alguna que tenga que ver con lo relacionado con esta otra situación que se ha exacerbado en la pandemia que es la violencia contra las mujeres, o cuando la realizan hablan únicamente de una visión punitivista como es el endurecer las penas en las cárceles, que en realidad es una medida que no resuelve de fondo la violencia contra las mujeres porque no brindan justicia a las víctimas en muchos casos vemos como incluso son revíctimizadas en las instituciones, no se ha solucionado la incidencia delictiva como vemos en los casos de feminicidios.
Pronto escribiremos en esta columna sobre algunos perfiles de las candidatas, porque creo que sí habrá algunas que sea necesario que lleguen al congreso local y federal que nos permitan, repensar en nuevos paradigmas de justicia y de atención en los gobiernos locales sobre la violencia y otros temas de género.