Xóchitl y Marko

Historias que Contar

En análisis de lo que hasta ahora se sabe de disensiones de Xóchitl Gálvez con dirigentes de los partidos que la respaldaron, PAN y PRI, se entiende que pretender ser la sucesora de Andrés Manuel López Obrador en la presidencia de la República representó, muy posiblemente, otro escollo, muy importante, que minó sus intenciones.

Durante la campaña electoral, en que la enemiga a vencer era la morenista Claudia Sheinbaum, a la postre ganadora, aludíamos a que la hidalguense personalizaba sus inconformidades contra AMLO y también, como se advirtió en los debates, cuando empleaba un lenguaje áspero, de incisiva burla contra su opositora, como llamarla” candidata de las mentiras”. Y el 11 de abril, en un mitin en el estado de México advirtió “si a los 60 años no has podido hacer un patrimonio, eres bien güey”. Igualmente, en sus recorridos, muchas veces usaba palabras o expresiones que no suelen ser de uso común en discursos o diálogos, menos por mujeres.

Si se advirtió, al acercarse el final, un sutil cambio en el comportamiento público de la hidalguense; además, conquistó simpatías al felicitar a Claudia por su triunfo lo que provocó el enojo de Marko Cortés, dirigente nacional panista, quien le reprochó, según se afirmó, en forma altisonante que hubiera tenido esa deferencia con Sheinbaum.

Gálvez dijo en alusión a Cortés: “Salían (en spots) más los presidentes de los partidos que yo (…) tienen que aprender a manejar su masculinidad. Me levantó la voz de manera innecesaria”.

Reiteró de los partidos:” Necesitábamos que desaparecieran un poco y emergiera más la candidatura ciudadana. Como no había (dinero), los ciudadanos se organizaban y mandaban a hacer playeras”.

Calificó a Cortés de agresivo, cuando ella decidió admitir los resultados desfavorables. Le pidió a Max Cortázar, coordinador de su campaña, que la comunicara con Sheinbaum. Eso no le pareció al panista Cortés, quien subió al piso 42 de un hotel de Polanco donde estaba el cuarto de guerra de la campaña, y le pidió, y le gritó reiteradamente “que se omitiera la parte de felicitar” y se produjo un debate fuerte”, y continúa:

“Muchos hombres creen que gritando, ofendiendo a las mujeres, resuelven los problemas. Deben entender que las mujeres ejercemos la política de una manera distinta, y en mí lo correcto era felicitar a Claudia”. Agrega:

“Sé que la gente está desconcertada, está deprimida…Sí hay un duelo en el país porque creen que nos va a ir muy mal. Y sí, nos puede ir muy mal, si no se toman buenas decisiones. Hago votos porque la presidenta electa tome buenas decisiones por el país. Y yo diría a las familias: párenle al odio, párenle a la polarización, párenle a los pleitos familiares. Porque al final, la clase política se pone de acuerdo”.

Días adelante surgió una declaración abierta, honesta, de Jesús Zambrano, dirigente de Nueva Izquierda.  Refirió que en la elección del2 de junio “el golpe de la realidad fue brutal” y el PRD “ya no existe”, porque su ciclo se agotó drásticamente luego de 35 años, pero trabajan en la creación de otro partido político, con un nuevo nombre y de corte socialdemócrata.

Durante una reunión nacional de esa corriente, a la que se llama los chuchos, Zambrano esparció culpas y dijo que el presidente Andrés Manuel López Obrador se empeñó en que perdieran el registro; también de “múltiples errores” en la coalición con PRI y PAN, y que en el caso de quien fue su candidata presidencial, Xóchitl Gálvez, “nunca quedó claro “cuál era su perfil ni lo que representaba”.

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