Jean Meyer, historiador y especialista en la historia religiosa y política de Rusia, nos brinda en su libro Una guerra ortodoxa: Rusia, Ucrania y la religión, 1988-2024 (Bonilla Artigas Editores) un profundo análisis sobre el papel de la religión en el conflicto entre Rusia y Ucrania.
En una entrevista, Meyer discutió la actualidad de su obra y cómo los eventos recientes continúan dando giros inesperados a esta guerra.
Uno de los puntos más alarmantes que Meyer aborda en su libro es la dependencia ucraniana del apoyo militar occidental.
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“Hace unos días leía una entrevista de un general ucraniano, un general muy importante, no de oficina, también de combate, y dice que, sin el material de guerra estadounidense, Ucrania, el ejército ucraniano puede luchar solo seis meses. Y después colapsa”, responde y apunta que la posibilidad de que Trump frene la ayuda militar a Ucrania podría ser el factor que determine el desenlace del conflicto.
El libro de Meyer también aborda la influencia de la religión en la identidad rusa y su relación con el poder político.
“Es un fenómeno muy interesante. Bueno, fenómeno, no. Es un capítulo de historia cultural y de la ideología identidad nacional”.
Meyer explica que 80% de los rusos se declaran ortodoxos, aunque la práctica religiosa es mínima.
“Desde el siglo XVII la fusión total entre estado e iglesia hace que la religión y la visión política del mundo sean lo mismo”.
Uno de los elementos más impactantes del libro es la conexión ideológica entre el presidente Vladimir Putin y la Iglesia Ortodoxa Rusa. Meyer recuerda cómo la doctrina del monje Filoteo en el siglo XVI sentó las bases de una ideología que aún perdura: “Cayeron dos Romas: la de occidente y la de Constantinopla; la tercera Roma es Moscú y esta no caerá”. Para Meyer, Putin ha abrazado esta narrativa y la ha convertido en una estrategia política.
El patriarca Kirill, líder de la Iglesia Ortodoxa Rusa, ha sido clave en esta alianza entre religión y política.
“Surge una pregunta ¿Putin realmente es un creyente o solo instrumentaliza la religión? Lo importante es que comparte y refuerza la visión de la Iglesia Ortodoxa rusa, representada por el patriarca Kirill. En Rusia, la religión y el Estado funcionan en “sinfonía”, una relación de mutuo apoyo que data de siglos. Kirill ha sido un arquitecto clave en la reconstrucción del poder de la Iglesia y ha respaldado plenamente la “operación militar especial” de Putin.
“Cuando Putin declara la guerra, el patriarca declara que es una guerra santa y que los soldados rusos que mueren en el frente van al cielo. Esta justificación teológica ha servido para reforzar el apoyo a la guerra dentro de Rusia y consolidar el poder de Putin”, detalló.
“Y en este caso tenemos un discurso de Putin extraordinario donde dice, ‘Rusia ha sido salvada por sus dos escudos, que son el escudo nuclear, la fuerza nuclear rusa que obviamente es muy importante. Y la iglesia ortodoxa, que es nuestro escudo espiritual”.
En contraste, Meyer destaca el papel de la religión en Ucrania, donde la diversidad religiosa ha permitido una mayor apertura democrática.
“Desde la Edad Media, Ucrania era una tierra de pluralismo religioso: había católicos, ortodoxos, protestantes y una gran población judía”. Este legado ha sido un factor clave para la resistencia ucraniana frente a la invasión rusa.
El historiador reflexiona sobre el futuro de la guerra y la posibilidad de que Ucrania se integre a la Unión Europea.
“Los ucranianos son europeos y quieren ser europeos […] Y Putin, mientras no entren a la OTAN, ha dicho que pueden entrar en la Unión Europea. Sin embargo, con la incertidumbre política en Estados Unidos y el desgaste del conflicto, el destino de Ucrania sigue siendo incierto”.
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Su libro es extremadamente actual. Con los acontecimientos recientes por la llegada de Donald Trump al poder de Estados Unidos y su intervención en el conflicto europeo.
“Se cumplen tres años de la guerra y entramos en el cuarto año de conflicto. Es una tragedia terrible. Y ahorita vuelve a estar en boca de todos por la intromisión de Donald Trump.
“Era de esperarse. No se sabía exactamente cómo lo haría, pero yo pensaba que desde el primer día Trump diría a Ucrania: “Suspendo la ayuda militar”. Aún no lo ha hecho, pero es evidente que es su arma de presión.
El libro Una guerra ortodoxa no es solo un análisis histórico, sino también un thriller político de la vida real.
MHO