Una historia de amor llena de realidad tóxica
La escritora independiente Angie Fields presenta en su segundo libro una trama en donde el lector se puede reflejar a sí mismo
No es un libro rosa, advierte la escritora Angie Fields, pero sí habla del amor y del desamor, de ese conflicto que hay o puede haber entre una pareja que primero son los mejores amigos y terminan en una relación de pasión y sufrimiento que puede convertirse en un afecto tóxico y de esto trata Lágrimas de azúcar.
Y es que, desde el mismo título del libro, que circulará desde el próximo 7 de septiembre vía Amazon, tanto en digital como en formato clásico, existe esa intención por parte de la autora de presentar dos interpretaciones opuestas en una sola idea.
“Lágrimas de azúcar es una historia de amor y desamor, lleva ese equilibrio o ese paralelismo entre lo blanco y lo negro, arriba y abajo, te quiero y te odio…; no es todo rosa, sí hay corazoncitos, sí hay bonito, sí hay la parte de romanticismo, pero también hay la parte de que te da coraje, que te frustra, que no soportas, incluso, a la otra persona. Entonces no es propiamente una novela romántica, pero sí muy realista”, asegura la también periodista.
Dicha obra, cuenta Fields, nació de lo que ve día a día, de lo que piensa y escucha, es decir, iba recogiendo relatos para armar la historia apasionada y arrebatada de Fernanda y Mauricio a quienes, al parecer, les está destinado el amor eterno, pero las situaciones y los momentos pueden hacer que esto cambie.
Ellos se conocen por casualidad en el lobby de un edificio de oficinas. Con el tiempo se dan cuenta de que tienen mucho en común y crean un lazo de amistad fuerte; sin embargo, Cupido les juega una mala pasada y los flecha y ahí es donde sabrán que las casualidades no existen y, si las hay, será por algo.
“La historia de Fernanda y Mauricio puede ser tu historia, puede ser la historia de todos, de cualquiera. Es algo que nos puede pasar o que ya nos pasó”, explica.
Y aunque Angie niega que es una novela biográfica, sí reconoce que el lector se puede reflejar en algunos de sus personajes, incluso en los protagonistas, porque ha utilizado ciertos aspectos o vivencias que ha tenido para ir armando el culebrón y mantener a las personas interesadas en la trama.
“No es mi caso, no es mi vida, no es autobiográfica, pero sí tuve relaciones donde me pusieron el cuerno, sí tuve relaciones donde yo quería y él no quería o donde él quería y yo no quería; por eso te digo, es como identificarte a lo mejor con uno, dos o tres personajes o con la historia misma.
“Pero sí hay algo de mí en los personajes, Fernanda, por ejemplo, es muy coqueta, le gustan las minifaldas, tiene buen chamorro, es muy amiguera, como yo, es coqueta, como yo, es trabajadora como yo, le gusta aprender muchas cosas. Mauricio es muy trabajador, muy fiel a sus ideales, es muy matado, y así soy yo. Es muy protector, muy dador… Sí hay mucho de mí en la historia, no es mi vida, pero sí los personajes tienen de mi esencia”, aseguró.
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Una fiel creyente del amor
La también periodista confesó que desde muy chica siempre le ha gustado escribir y que debido a que creaba historias fue como decidió estudiar en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, pero que su pasión es crear mundos en donde el amor sea el motor.
“Me gusta la novela romántica, yo creo en el amor, sí soy muy enamoradiza, pero creo fielmente que el amor es el que mueve a mundo. Tienes amor hacia personas, hacia cosas, hacia alimentos, en todo y es el amor el que nos mueve.
“Pero si bien es cierto que escribo de amor, esta novela no es de un amor totalmente rosa, no es el amor bonito, de corazoncitos y todo eso. Sí hay parte de eso, pero no lo es todo, es enseñarle al lector que una relación está llena de muchas emociones y que te puedes enojar con tu pareja, que puedes llegar a tenerle coraje y que te puede dar rabia ciertas actitudes, pero al final tienes que tomar la decisión como persona de si te quedas o te vas, y al final eso es el amor”, aseguró.
Independencia, duro trabajo
Bajo un sello independiente es como Angie Fields lanza este, su segundo libro (el primero lleva como título Sebastián. Recuerdos del corazón), pero reconoce que no ha sido fácil la posición de no depender de una casa editorial para lograr el objetivo, sin embargo, asegura que la satisfacción es mayor cuando “se tiene al bebé” en la mano y listo para salir al mercado.
“Es complicado porque hay cosas que, si no las sabes, sufres, porque si no sabes que un libro se tiene que maquetar, que se debe tener corrección de estilo, tipográfica y que hay ciertas medidas, que no solo es el dibujito, que tienes que diseñar el logo, y si eso no lo sabes, pues es peor, porque vas paso por paso y es lento, tardado, no te puedes saltar los pasos, es como un bebé.
“Y luego las editoriales ya tienen su grupo y su mundito y no puedes llegar así de fácil a decir que yo también quiero. Incluso en las ferias es así, les avisan a las editoriales y si uno como independiente dice yo quiero, pues no, no es así. Es complicado a nivel económico, es complicado a nivel de relaciones, aquí pagas y haces todo. El primer libro lo saqué con editorial y se repartió en librerías. Pero fue mucho más fácil. Con Lágrimas… fue más complicado y más gasto, pero al final es muy satisfactorio tener en la mano lo que tanto cuesta trabajo”, aseguró.
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Viene la segunda parte
Gracias a que amigos y familiares tuvieron la oportunidad de saber de qué iba el relato, la animaron a darle una continuidad, debido a que Fernanda y Mauricio tienen más cosas por decir y hacer, es por ello que Angie ya trabaja en la secuela.
“Ya la estoy preparando, vienen nuevos personajes, pero Mauricio y Fernanda son el eje. Yo creo que solo serán dos, ya hice el final de la segunda y ahí se acaba. No lo tengo todo, ya tengo el inicio y el final, pero falta concretarlo y en eso estoy”, finalizó.