Un caso sobre el aborto
No hay cosas gratis
Hace poco más de un año se despenalizó el aborto en Hidalgo, en ese tiempo recordé un capítulo sobre el tema de un libro muy interesante y tenía la intención de platicarlo, la verdad es que se me terminó olvidando y no lo volví a recordar hasta hace unos días cuando la Corte Suprema de Estados Unidos revocó una sentencia histórica que permitía el aborto en ese país.
Esta no es una columna a favor o en contra del aborto, aclaro, esta es una columna que quiere mostrar que el prohibir o permitir el aborto tiene consecuencias en la sociedad que luego ni imaginamos y también de cómo se pueden usar las leyes económicas y los datos para encontrar respuestas a preguntas que no precisamente tienen que ver con la economía.
Sigue leyendo: Organización Servicios de Inclusión llama a gobernador electo a garantizar acceso al aborto
Steven Levitt es un reconocido profesor de economía de la Universidad de Chicago, en 2005 junto al periodista Stephen Dubner, escribió Freakonomics, uno de los libros no académicos de economía más famosos que se han publicado. Uno de los capítulos trata sobre el crimen, una de las áreas de estudio de Levitt, él se preguntaba qué había causado el descenso del crimen en los Estados Unidos en la década de los noventa.
Lo primero que hizo fue acercarse a los artículos que escribían los expertos en ese tiempo, en estos artículos había varias explicaciones de por qué el crimen había bajado, como nuevas estrategias policiales, aumento de policías, mayor probabilidad de terminar en la cárcel e incluso la fortaleza de la economía. Pero todo esto a Levitt no le parecía suficiente, había algo que no cuadraba, después de trabajar con los datos concluyó que de una lista de ocho explicaciones sólo tres de ellas demostraban contribución en el descenso del crimen.
Si la mayoría de las acciones no eran muy buenas para explicar el fenómeno y esas acciones se hicieron en los tiempos en que el crimen descendía, tal vez entonces la razón no estaba en esos años, sino antes. Tal vez la razón era demográfica. La primera explicación era el envejecimiento de la población, un joven es más propenso a cometer un crimen que alguien de la tercera edad, entonces es lógico suponer que entre más vieja sea la población hay menos crimen, pero una vez más los datos no apoyaban esa hipótesis.
También lee: Será un inicio difícil
Así llegó a pensar que no pasamos de adolescentes criminales a personas de la tercera edad en unos pocos años. Levitt al ver los datos demográficos se dio cuenta que la población joven en el momento de la reducción del crimen se mantenía relativamente estable y la población de la tercera edad era la que aumentaba, algo había pasado antes.
Lo que pasó antes fue la sentencia del famoso caso de “Roe vs. Wade”, que se dio en 1973, ese día se hacía legal el aborto en Estados Unidos. Antes de la sentencia las mujeres que podían permitirse abortar eran mujeres de clase media y clase alta, después de la sentencia las mujeres pobres, las madres solteras y las adolescentes y mujeres con las tres condiciones también podían hacerlo. Estudios de criminalidad anteriores habían mostrado que una serie de factores que se encontraban en esos grupos aumentaban la probabilidad de que, de nacer, sus hijos se volvieran delincuentes en el futuro. Que un niño crezca en un entorno poco favorable lo hace más propenso a caer en la delincuencia. Levitt terminó encontrando que uno de los efectos más importantes que tuvo la legalización del aborto fue su impacto en la criminalidad.
El aborto es un tema complejo, lo importante es reconocer que es algo que no sólo tiene efecto individual sino que también puede llegar a tener un efecto fuerte dentro de una sociedad. Y que no se mal entienda, no se trata de permitir el aborto para bajar el crimen, la relación crimen-aborto en Estados Unidos fue un beneficio social no planeado, tenemos que estar conscientes de que no siempre será así y por eso es importante el debate.